Habría que hacer una petición para que Hollywood y, las grandes productoras, no empañen la carrera cinematográfica de Joe Cornish (Attack the block). No tienen que empañarla porque la imaginación, la originalidad y el entusiasmo que el director ha trasmitido con sus dos películas es prodigioso. Y todo ello lo hace con algo tan básico como retomar a su época de niño y escribir, y rodar, aquellas historias que todos vivimos con nuestros amigos en el colegio, en la calle, en un parque o simplemente en nuestra habitación. El niño que pudo ser Rey juega a eso con la leyenda del Rey Arturo, seguramente muchos hayamos tenido otra leyenda en nuestras aventuras infantiles, pero quien diga que no ha soñado con levantar Excalibur, blandir la espada en el campo de batalla y asistir a las reuniones en la mesa redonda, seguramente mienta. El niño que pudo ser Rey es todo eso y mucho más en una historia que no anda con miramientos y va desde el minuto uno directa al grano. Joe Cornish se olvida de alienígenas y se centra en sus aventuras de crío y es una auténtica maravilla.
Es una maravilla porque una película que podría haberse convertido en una auténtica decepción en otras manos, aquí se erige como una de las grandes historias del año por eso mismo: Querer contar una historia, un cuento, una leyenda o simplemente mostrar los sueños de un niño al imaginarse que es el Rey Arturo. En el cine actual es muy complicado encontrar historias realmente originales y valientes en su planteamiento y forma, es por eso por lo que cineastas como Joe Cornish son una rara avis que todavía, y esperemos que tarde mucho en hacerlo, no ha sido tentado para dirigir alguna superproducción con la que mancillar su carrera. Y es que con todo Cornish sigue siendo un niño encerrado en sus historias de la niñez que, ahora que tiene la capacidad para trasladarlas a la gran pantalla, quiere hacer que todos nos encontremos que nuestro niño interior, cojamos yelmos, armadura, espada y caballo y combatamos junto a él a las hordas de enemigos. Además, no todo es aventura en el cine de Cornish, también sabe introducir elementos de reflexión o mensajes realmente importantes.
Como ya ocurriera en Attack the block, el mensaje que lanza el director es que los más jóvenes son nuestro futuro. Y es por eso por lo que a Cornish no le gusta que en sus películas las alas sean cortadas. Siempre deja la libertad necesaria para que todo lo que sueñan, piensan o todo aquello que quieren hacer ocurra. Ya aburre siempre la misma historia de adultos salvando el mundo y que los jóvenes se queden en casa. Aquí mandan ellos y eso no lo cambia nadie. También se permite un tiempo para hablarnos sobre lo que los padres son capaces de hacer por sus hijos, en este caso, su madre. La aventura de Alexander Elliot, nuestro protagonista, es la búsqueda de una respuesta que quizás no está en el lugar que el cree y simplemente demostrando el amor a aquellos que se lo demuestran a él pueda cambiar todo. Y si, El niño que pudo ser Rey tiene acción, tiene magia, tiene monstruos y todo aquello que podamos imaginar de una historia con la leyenda del Rey Arturo de fondo. Pero como vengo diciendo, es una historia sobre lo bonito que es contar un buen cuento, contar una historia de personajes y de dejar que el niño interior salga de dentro.
Y como ya ocurriera en su anterior cinta, los actores elegidos para dar vida a los protagonistas de la película son desconocidos, en especial el que tiene que ver los niños. Entre los adultos tenemos alguna que otra cara conocida que no quiero desvelar para quienes aquellos que vayan a verla sin saber nada se sorprendan. Aquí, el protagonista absoluto es Louis Ashbourne Serkis (Alicia a través del espejo). Su papel es el de Alexander Elliot, quien levanta la espada de la piedra y es proclamado Rey. Si falla, la cinta falla, y lo cierto es que consigue trasmitir todo lo necesario para que empaticemos con su historia y nos transporte a nuestra infancia. Junto a él tenemos Dean Chaumoo, Tom Taylor (La torre oscura), Rhianna Dorris o Angus Imrie, como el joven Merlín.
El niño que pudo ser Rey es una auténtica delicia para todos aquellos que disfruten de una buena historia, bien contada y con un trasfondo que nos hará pensar. Además, nos remite a nuestra propia infancia, a nuestras historias de espadas y escudos y a salvar el mundo. Joe Cornish es un director con una imaginación e ilusión increíble y eso es algo que no debe perder nunca. Magnífica.
Puntuación: 9/10