El llanto: Cuando la idea supera a la ejecución

El cine de terror siempre ha sido un género en el que empezar en el mundo del largometraje, y demostrar que se puede contar algo más que dar simplemente cuatro sustos y tener al espectador acongojado toda la película. Por eso muchas veces, las películas de terror se han convertido en toda una celebración donde poder contar otras historias o mezclar géneros. Siempre que hablo de esto me acuerdo como James Wan realizó una película de amor en Expediente Warren: El caso Enfield. Y aquí en España muchos realizadores han tirado del terror también para iniciar su andadura dentro del cine y querer contar algo más que dar cuatro sustos. El llanto, de Pedro Martín-Calero, es una historia sobre como a lo largo de los años, del lugar en el que te encuentres, las mujeres han sido sometidas y maltratadas. Esto, que contado así queda un poco extraño, Pedro Martín-Calero lo intenta contar con imágenes, pero no terminando de convencer ni como película de terror ni como película denuncia. Es una pena porque los cimientos los tenía, las intenciones también, pero la ejecución ha sido fallida.

El llanto cuenta con co-guion de Isabel Peña, guionista de todas las películas de Rodrigo Sorogoyen, en donde se cuenta la historia de tres mujeres a lo largo de los años donde una entidad les ha ido persiguiendo y no dejándolas en paz en ningún momento. Así, la cinta se desarrolla entre el misterio, el terror y la incomodidad que genera no saber que está pasando dentro de la historia. El llanto, a final de cuentas, es una historia sobre como da igual como las sociedades evolucionen y todas las medidas que se adopten, siempre estará presente el acoso a las mujeres, el maltrato a las mujeres y da igual los kilómetros de distancia o el época, es algo que siempre se repite. El terror se consigue con esas historias, las de las mujeres que han sido abusadas, maltratadas y, en la mayoría de los casos, asesinadas. Es todo esto lo que hace que te remuevas de la butaca y pienses en la cinta más allá de los dos sustos que tiene.

Pero el problema es que todo esto contado así es una historia bien pensada y con el tema del terror consigue ponerte bastante los pelos de punta, la pena es que su ejecución queda mejor en el papel que cuando se tiene que contar con imágenes. El llanto tiene un ritmo que en muchos casos le juega una mala pasada, pasando de momentos realmente llenos de tensión a valles donde se cuentan cosas que a la trama no le beneficia en nada, al igual que sus ideas de poner mensajes de texto en toda la pantalla para seguir una conversación, algo que se está haciendo últimamente mucho en el cine y que, en mi opinión, perjudica más que beneficia a la propia cinta. La dirección de Pedro Martín-Calero es la correcta, dejando en ciertos momentos grandes escenas, pero el principal problema de la cinta son algunas de sus actrices, y en este caso es Ester Expósito. La actriz, casi convertida en reclamo publicitario de cintas y reconvertida en scream queen del género, intenta en todo momento hacer que nos creamos las cosas que le pasan, pero nunca conseguimos conectar con ella. Algo que si pasa con Malena Villa y Mathilde Ollivier las cuales desprenden buena química entre ellas y consiguen hacer que nos creamos las cosas que les están pasando y empaticemos con ellas. El otro problema es que llegan tarde a la cinta y, por ende, poco que rascar.

En definitiva, El llanto es una cinta que podría haber dado mucho mas de lo que finalmente da, es una cinta que tiene una idea increíble, una denuncia que se debería ver mucho más, pero donde la ejecución de esta no termina de convencer y deja que la cinta haga aguas en muchos momentos. En las actrices hay luces y sombras, subiendo todo cuando se comienza a contar una segunda historia más que la primera. Aún así, Pedro Martín-Calero tiene ideas interesantes aunque en la ejecución falle.