Tras ver El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos algo queda totalmente claro, Peter Jackson (El Hobbit: Un viaje inesperado) se ha convertido en un recaudador donde da igual estirar algo hasta la saciedad si da dinero. Y eso queda claro con la trilogía completa de El Hobbit. La película, cuando Guillermo del Toro (Pacific Rim) estaba al mando, se iba a realizar en dos películas. Quizás excesivo para una novela que no abarca más de 330 páginas. Pero esas dos películas hubieran sido idóneas. Pero cuando el señor Jackson se hizo con el mando del proyecto, decidió convertirla en una trilogía. El resultado ha sido espectacular pero decepcionante. Y lo peor es que este capítulo final viene algo mermado por esas ansias de estirar el chicle.
Y es que El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos intenta remontar algo el vuelo después de un «coitus interruptus» que supuso el final de La desolación de Smaug. Lo consigue a medias por dos motivos: Un inicio espectacular (y que todo el mundo sabe cual va a ser) y una batalla de más de una hora de duración. Son estos momentos los que realmente harán que los fans disfruten. Y es que Peter Jackson se mueve como pez en el agua con una batalla multitudinaria (aunque no tanta como la que se vio en El retorno del Rey). Y aunque peca de calcar muchas situaciones de las batallas de El señor de los anillos, lo que de verdad importa es que entretiene y consigue que las 144 minutos de película pasen volando.
144 minutos que se vuelven a antojar excesivas. Excesivas porque el material con el que lidia el director es poco, únicamente una batalla y tiene que rellenar material con cosas que se ha inventado o con situaciones que estira hasta decir basta. En todo esto vuelve a hacer hincapié en que el amor es lo que mueve el mundo, y que sin amor estaríamos todos perdidos. Y es que el amor también le vale al director para dar más emoción y dramatismo a la historia. El resto son ideas repetidas de la trilogía pasada (esas águilas) y es que Peter Jackson parece que empieza a notar la falta de lucidez. E incluso parece que un día se puso a jugar a un videojuego y metió alguna escena que le gustó.
Aún así, la cinta es una buena película. También debido a que tiene actores que están en estado de gracia. Martin Freeman (Bienvenidos al fin del mundo), aunque su nombre es el principal, tiene un peso bastante corto. Aún así cada presencia del simpático actor hace que la cinta crezca. Crece porque Freeman es muy bueno. Y a destacar a la gran Evangeline Lilly (Acero Puro), quién hará callar muchas bocas tras verla vestida de elfa y matando orcos. El resto cumple, destacando a Luke Evans (Drácula: La leyenda jamás contada), Richard Armitage (En el ojo de la tormenta) o a Lee Pace (Guardianes de la galaxia).
El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos compite con La desolación de Smaug como la mejor de la trilogía. Lo malo de todo esto es que las ansías de querer hacer una trilogía de Peter Jackson han hecho que una historia en dos películas hubiera quedado decentemente, haya hecho que muchos reciban la tercera entrega con desgana. Aún así es una película que merecer ser vista en cine.
Lo mejor: La batalla final de más de una hora de duración.
Lo peor: La sensación de lo innecesario de hacer una trilogía.
Puntuación: 7/10