El exorcista: Creyente: Señor, baja y llévate a unos pocos

Hollywood vuelve hacer de las suyas mancillado la obra magna del cine de terror. El exorcista, el clásico inmortal del recién fallecido William Friedkin es una obra cataloga de terror pero realmente sobre ella se esconde un drama familiar y una crisis de fe muy interesante. El exorcista: Creyente intenta jugar esta última baza y lo consigue durante un primer tramo, luego se convierte en un espectáculo dantesco de sustos de estar por casa que la hace perder el poco respeto antes ganado. David Gordon Green (Halloween: El final) ha sido el encargado de perpetrar esta historia que, para más INRI, nos trae de vuelta a la sufridora madre del original Ellen Burstyn (Réquiem por un sueño) para conectar ambas cintas.

Leslie Odom Jr. y Ellen Burstyn en El exorcista: Creyente

Leslie Odom Jr. y Ellen Burstyn en El exorcista :Creyente

Tras un prólogo algo ñoño pero correcto, la acción se traslada a dos niñas que se van hacer espiritismo a un bosque y desaparecen durante varios días. Al regresar no vienen solas, una presencia demoníaca viene en su interior. Nos desvelaremos más para que el espectador sea sorprendido (aunque el trailer ya se ha encargado de chafar muchas sorpresas). El guión hasta más o menos la mitad no está mal del todo. No es arte ni ensayo pero sí es un historia más o menos atrayente centrada en un drama inquietante. Pero cuando la intentan conectar con la original todo se va al traste. Aparentemente puede que haya sucedido lo mismo que con El exorcista: El comienzo, la Warner encargó la cinta a un autor como Paul Schrader (El maestro jardinero). Este entregó un drama sobre la fe y el estudio acabó tirando la película a la basura (años después la recuperarían como rareza en formato doméstico) y llamaron al pobre de Renny Harlin (Ladrones de élite) para que filmara su propia versión con ¿muchos más sustos? y tramas menos filosóficas. El resultado fue un desastre y sirve como ejemplo del poder de un estudio. Aquí parece que haya ocurrido lo mismo pero con la diferencia que ahora rodar y demás es “más sencillo” y más rápido, por lo que el mismo director (imaginamos), Gordon Green, ha sido el responsable de cometer la aberración que se ve en pantalla. La conexión con el original es innecesaria, además el personaje que conecta con ella no está ni 12 minutos en pantalla. Ese segundo tramo está plagado de personajes que entran y salen de escena sin necesidad (alguno solo lo hemos visto en una escena previa y sin presentación), inclusión de otras religiones para contentar a todos, sustos que no asustan… una pena.

Lidya Jewett en El exorcista: Creyente

Lidya Jewett en El exorcista: Creyente

Gordon Green durante su primer tramo juega a crear malestar, insertando imágenes mal rolleras en momentos clave, y consigue que nos interesemos por el estado de las niñas. También hay un homenaje a Insidious, pero queda algo descafeinado al no usar ningún elemento sonoro. Tiene una secuencia gloriosa que parece que va ser un homenaje al original de 1973 (hay un crucifijo de por medio) pero sabe reconducirla y sorprendernos. Pero después de esto, al igual que el guión, el film cambia totalmente y la dirección parece tosca, aburrida, y con poco interés por asustar o generar tensión. Nos da igual quien vive, quien muere y quien pasa por allí. Lo dicho, una pena.

No había necesidad ninguna de recuperar a Burstyn salvo para conectar con el original, y dar algo más de empaque a la trilogía que pretenden concluir en los próximos años. La longeva actriz está desaprovechada, son pocas escenas en pantalla, y salvo la escena del crucifijo antes citada, no resulta más reseñable. El protagonista, el nominado al Oscar, Leslie Odom Jr. (Santos criminales), intenta en todo momento atraer la atención del espectador con sus caras de susto y circunstancias pero es eclipsado por todo el que pasa por allí, desde la interesantes niñas, la debutante Olivia O’Neill y la inquietante Lidya Jewett (Black Panther) y la siempre correcta Ann Dowd (Mass).

Olivia O'Neill en El exorcista: Creyente

Olivia O’Neill en El exorcista: Creyente

En resumen, como decía Camilo Sexto “siempre se repite la misma historia” y aquí ha sido la de un director con una idea y un estudio con otra. Ambas han colisionado y El exorcista: Creyente es una cinta que parecía tener algo interesante que ofrecer y se queda en un producto rutinario y aburrido que amenaza con continuar. Al ser una franquicia con miles de seguidores y a pesar de los malos comentarios la cinta arrasará (también es un producto barato) y en breve tendremos El exorcista: Mentirosa, que es como parece que se va titular la segunda entrega. Que Dios nos pille confesados.

Lo mejor: El drama psicológico que desprende el primer tramo de la cinta.

Lo peor: Todo lo demás.

Puntuación: 2/10

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