El crítico: Ciudadano Boyero

Como conseguir trasladar el lenguaje cinéfilo a la ciudadanía de una manera clara, sincera, directa, sin artificios y con un toque de honestidad por encima de todo. Estaríamos hablando de Carlos Boyero, aunque él se autodenomina como Ciudadano Boyero una gran frase para mi sacada de la maravillosa Casablanca, en la cual el personaje de Bogart se autodefine frente a el coronel de las SS diciéndole que es ciudadano del mundo, o en referencia a Ciudadano Kane. Yo soy ciudadano del mundo o por lo menos así un humilde espectador de cine, romántico y nostálgico de las películas en blanco y negro le gustaría que fuera.

La infancia de Carlos Boyero al igual que la de muchos niños de su época (nació en 1953 en Salamanca) fue un pozo oscuro de represión, de falta de libertades y en medio de una dictadura franquista en la cual la iglesia, utilizaba su máxima de aprendizaje que decía “La letra con sangre entra“ y donde al igual que el mejor águila imperial (representación del control férreo que ejercía la dictadura en el territorio español y parte de África) la censura sobrevolaba y arrasaba con cualquier conato de arte, creatividad, cine, literatura o expresión poética que un pueblo tan maravillosamente creativo como es el español pudiera crear. En este caldo de cultivo a los nueve años fue internado en un colegio de curas, época que marcó su personalidad de la que guarda muy malos recuerdos (especialmente el de sotana con olor a sudor rancio) y la violencia con la que los curas impartían su particular mensaje de Dios en la tierra.

Fue expulsado varias veces y los curas llegaron a decir de él que acabaría siendo un delincuente. Empezó a beber y fumar a los trece años y su lado transgresor empezaba a apuntar maneras. No todo fue malo en esa etapa ya que debido a esta situación se refugió en los libros y en el cine para escapar de todo aquello. En su adolescencia conoció las novelas de Charles Dickens y de Dostoyevski. También fue un gran lector de tebeos, siendo Corto Maltés su personaje favorito. En 1971, a los dieciocho años se fue a vivir a Madrid para estudiar Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. Allí coincidió con el actor Antonio Resines y el director Fernando Trueba. Fernando, gran amigo suyo, dijo de él en una entrevista, que por su talante natural y forma de ser a Carlos los mejores papeles que interpretaba eran los papeles de chulo – Puta debido a que no le hacía falta ningún guion para interpretarlos. En aquella las fiestas en el piso de Carlos y Fernando eran muy conocidas y su fama de crápula de la noche madrileña se la ganó a pulso.

Carlos Boyero, protagonista de El crítico

Carlos Boyero, protagonista de El crítico

Juan Zabala y Javier Morales Pérez dirigen El crítico, un documental que se adentra en la vida personal y profesional del conocido articulista. Sus inicios como crítico comenzaron a finales de la década de 1970 en el semanario conocido como La Guía del Ocio, donde fue contratado por recomendación de su compañero Fernando Trueba, que ya trabajaba para el semanario y que decidió empezar su andadura como director de cine. Ha sido el crítico más temido, más odiado, más querido, el más respetado y como de un último mohicano se tratase sigue siéndolo.  Hay muchos directores de cine que quieren que “Ciudadano Boyero” escriba de sus películas bien o mal. Una figura rebelde y transgresora que siempre dice lo que le da la gana ni pide permiso y mucho menos se disculpa. Cada vez que aparece la palabra de Boyero en Twitter se hace viral. Alex de la Iglesia prefiere una mala crítica o un insulto de Boyero que una buena crítica de una persona mediocre.

Odiado, polémico, poderoso, influyente, venerado, es un terminal, es un stream, todo eso me tiene que gustar necesariamente. Es un gran cronista de esta época desde su punto de vista. Carlos ha salpicado 40 años de la historia del periodismo de este país. Reciben una autenticidad que no encuentran en ninguna parte en este momento y es un modelo de sinceridad. Ha llevado la crítica del cine a otros lugares. Realmente es un personaje de cine negro. Carlos es una rock star. La reflexión que se me viene a mi cabeza es ¿merece la pena escribir párrafos en los tiempos de los flases de los móviles, las afirmaciones exageradas y los tuits inflamables? A “Ciudadano Boyero” nada de esto le importa porque es el último de su generación, el último crítico estrella, la estela de una profesión entre el vividor y el influencer que nunca volverá a sus glorias de antaño. Y, sin embargo, ahí sigue. Resistiendo, aunque sea por última vez. Todo ello sin evitar hablar de los amiguismos, del cansancio que le produce casi todo el cine actual (esa conversación sobre nuevo cine rumano en medio de una cena) solo por verla merece la pena ver la película y de sus películas favoritas.

Entre los testimonios, los de gran parte del all star de la crítica española, Nacho Vigalondo o Alex de la Iglesia: a unos les gusta el estilo directo del crítico, otros creen que es una simple pose, algunos opinan que es un vestigio del pasado envidiado por su libertad y, sobre todo, por su sueldo, y otros le desprecian por su falta de análisis y su visceralidad. Carlos ama el cine por encima de todas las cosas, no todo el cine (El cine coreano, tailandés) pero el ama el cine, ama de una manera pasional, desde que era pequeño, desde que vive en Salamanca, el buscavidas es un enamorado del cine, yo creo que hay mucha pasión por el cine y a pesar de que este cansado sigue enamorado del cine. indiferente no deja, eso es así. Pero al final, lo que emana de El crítico es una sensación de miedo entre la crítica profesional ante un futuro en el que la reflexión y la opinión experta carecen de sentido.

Pero ese tiempo del opinador especializado como estrella ha pasado a mejor vida, y ahora influencia más un tuit viral con una escena desprovista de contexto o un vídeo pretendidamente visceral (y premeditadamente destinado a arañar visitas) que cualquier crítica impresa. Una vez más como fan del cine y observador del tiempo no me queda otra opción que plantearme la siguiente cuestión: ¿Qué es mejor lo de antes o lo de ahora?

Responder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Share This