En los años 70 y 80 Dario Argento fue un director de cine, un productor y un guionista de éxito, arropado por la crítica y por el público gracias a éxitos como Rojo oscuro, Suspiria, o Phenomena… consideradas algunas de las mejores cintas de horror de todos los tiempos. Argento… por méritos propios, entró en el panteón de maestros del terror y convivió con los grandes de la época (Romero, Craven, Carpenter, Dante… y compañía).
Sin embargo, el cineasta romano comenzó su declive en 1990 con Los ojos del diablo (una cinta de dos episodios codirigida con su amigo George A. Romero). Desde entonces, los fans de Argento nos hemos encontrado con películas de Argento más o menos buenas (véase Trauma o El síndrome Sthendal) cuando no directamente muy malas (solo hay que echar un ojo a Insomnio o Giallo) y alguna que otra perla de sabiduría (el episodio Jennifer de la serie Masters of horror… porque amigos, donde hubo, retuvo). Pero la realidad es que Dario Argento lleva en declive más de 20 años. Y es una pena… porque estamos frente a uno de los directores que más han influenciado el terror moderno de todos los tiempos.
En 2012 Argento tiene 72 años… y es un anciano. Eso no implica que halla perdido talento… o pulso cinematográfico. Muchos directores de cine hallan su auténtica maestría en la vejez. Solo hay que ver a Clint Eastwood (Gran Torino). La última película de Argento es este Dracula 3D que nos ocupa. Una coproducción “italo-hispano-francesa” de 10 millones de euros con Enrique Cerezo (flamante presidente del Atlético de Madrid y uno de los productores más prolíficos de este país) como productor principal y coguionista (¿¿¿de donde ha sacado este señor la faceta de escritor???). Dracula 3D parte de la idea de adaptar libremente la novela de Bram Stoker, pero muy a su manera. Si… básicamente todo se desarrolla como en el libro… si, están más o menos todos los personajes principales… pero es más una interpretación de la historia, que una adaptación en sí.
En el reparto nos encontramos a Rutger Hauger (Los señores del acero) como Van Helsing (Argento tiene suficiente nombre como para elegir al protagonista que quiera, y Hauger está en un momento tan bajo de su carrera que es capaz de ir al infierno a rodar cualquier cosa). También nos encontraremos al español Unax Ugalde (Baztán) como Jonathan Harker, a la voluptuosa Miriam Giovanelli (Mentiras y gordas) como la novia de Dracula, a Marta Gastini (la chica poseída de El Rito con Anthony Hopkins) como Mina, al actor alemán Thomas Kretschmann (El Hundimiento) como el mismísimo Conde Dracula… y finalmente a la musa de Dario Argento, Asia Argento (hija del cineasta italiano y de Daria Nicolodi) como Lucy. Asia Argento es a día de hoy uno de los rostros más populares del terror gracias a películas como Demons 2, El engendro del diablo, Trauma, El síndrome Sthendal (el mayor éxito de taquilla de su padre hasta la fecha) o La tierra de los muertos vivientes, no por casualidad dirigida por George A. Romero… padre de los zombies modernos y amigo personal de “papá Argento”. Por cierto… una reflexión final morbosa: ¿¿¿Qué obsesión tiene Dario Argento con desnudar a su hija Asia en cada película??? Ya no deja nada a la imaginación, amigos.
Quiero detenerme a hablar de otro punto… el 3D. Asistimos al pase de prensa en unos laboratorios de Madrid muy bien equipados. Una sala pequeña, pero que en principio reproduce a la perfección lo que han creado los autores de una película. Bien… el 3D de la película es CRISTALINO. No se ve ni un solo borrón… nada… limpio. Perfecto. Pero… es tan limpio y perfecto que no se ve nada de profundidad. NADA. Es como ver una película NORMAL pero con gafas que levantan dolor de cabeza. Así que si finalmente os animáis a ver Dracula 3D… id a un cine normal. No paguéis el extra por el 3D.
Por último, en el apartado técnico nos encontramos en la música de la película con el interesante compositor Claudio Simonetti (Rojo oscuro). Miembro del grupo musical Goblin, y quizás lo más destacable de la película. Luego… en los F/X de maquillaje nos encontramos con otro nombre: Sergio Stivaletti. Otro maestro del terror (en este caso del maquillaje), habitual colaborador de Argento, Lamberto Bava y Michele Soavi. Sin embargo, los F/X digitales de Dracula 3D son DE RISA. Ojo a las moscas, a la mantis religiosa gigante y al efecto de descomposición de los vampiros en ceniza… Efectos visuales de SALDO. Malos hasta decir basta.
En resumen, una película muy floja… y no es que sea aburrida (a mi no me aburrió), pero si que tiene una puesta en escena que quiere ser TAN formal… que aburre. Todos los que somos fans de Argento sabemos como mueve la cámara este cineasta. Bien… pues en Drácula 3D no nos ofrece (casi) ningún momento característico de Argento. Al final, Dracula 3D termina siendo una serie de secuencias de diálogo en escenarios naturales (¿¿¿Hoteles rurales italianos???) pero poco realistas. Y es que a pesar de que intenta copiar el estilo de las viejas películas de la Hammer… por algún motivo (¿¿¿la poca experiencia con el uso del 3D???) no logra ese toque de suciedad que tenían las películas de Terence Fisher de Dracula con Christopher Lee y Peter Cushing.
A ver… si eres fan de Dario Argento y (como a mi) te mueve la nostalgia de ver una película del viejo maestro… adelante. Si no, y siendo objetivos, Dracula 3D es una película MUY FLOJA, desfasada en todos sus aspectos (sobre todo las interpretaciones y la puesta en escena) que no podrá competir con el brutal mercado moderno europeo de terror actual, lleno de fuerza y talento. POCO RECOMENDABLE, la verdad.
Lo mejor: Los escasos instantes (y es que son solo destellos) cuando Argento es Argento… y me refiero al Argento DE VERDAD.
Lo peor: Todo lo demás… y es que Argento no es Argento en Dracula 3D… es una especie de José Luís Garci (no tan torpe y pedante) formal y aburrido.
Puntuación: 4/10
¡Me gusta pero no me encantó! En general me parece que la historia de Drácula es maravillosa es uno de los clásicos de la literatura, sin embargo hay muchas versiones que para bien o para mal han logrado atraer la atención del público, cada una con sus puntos a favor y en contra, al final del día es cuestión de ser tolerante y quedarte con la versión que más te guste.