Si alguien te dice que nunca ha escuchado We’re the champions, We will rock you, Bohemian Rhapsody o I want to break free puede ser que mienta. Queen es algo que nos acompaña en nuestra cultura popular, podremos no haber vivido su época buena, podremos no haberlos visto en directo pero no hay sitio donde no pongan sus canciones. Ahora, Queen vuelve a estar de moda por Bohemian Rhapsody, una cinta que nos cuenta los momentos más delicados de la banda, en especial de su estrella Freddie Mercury, junto con la forma en la que se gestaron los grandes hits de la banda. Puede ser que no sea perfecta, que no lo es, pero ver en pantalla grande, con un sonido apoteósico los mejores temas de la banda británica le quita cualquier pero, pero sí que es cierto que al final pasa de manera muy superficial sobre el tema sexual del cantante y de una manera muy atropellada en su forma de ser.
Y es que se nota demasiado que la película quiere ir por el espectáculo musical más que por el drama que podría tener Freddie Mercury. Y se nota en la realización, donde estos tramos dramáticos terminan por no convencer y parece más que los vemos para poder llegar a la siguiente canción que en centrarnos en la tormenta que podría tener la estrella. En su inicio es más atropellado que después, donde el tempo del drama y lo que nos cuenta nos interesa más que en su inicio. Pero en lo que sí que acierta, y mucho, Bohemian Rhapsody es en la forma en la que introduce las canciones respecto al drama. Siempre escucharemos una canción que nos guiará a través de lo que vemos, por ello escucharemos el Under Pressure cuando Freddie este en un momento de estrés, el We will rock you cuando la cinta quiere meter una marcha más y Bohemian Rhapsody ocupando la parte central de la cinta al ser la canción más importante del grupo.
Pero cualquier pero que tuviera la canción se solventa con sus últimos veinte minutos, donde todos caeremos rendidos al espectáculo que nos muestran en pantalla. Pero no solo es un espectáculo en cuanto a la música o la luminosidad, es también un espectáculo en la recreación del Live Aid, uno de los mayores conciertos de la historia. Allí fue donde la leyenda de Freddie Mercury y Queen terminó por consagrarse, allí fue donde se convirtieron en una de las bandas de rock más importantes de la historia. Y es ahí también donde Rami Malek nos hace desearle el Oscar. El actor no imita a Freddie Mercury, se convierte en él. Todos los gestos, las miradas, los andares… todo lo recrea a la perfección y nos creemos de verdad que estamos viendo a Freddie en lugar de Rami. El resto del elenco está muy bien también, pero al lado de Malek nadie puede brillar.
Bohemian Rhapsody es una gran película que nos hace sacar nuestras mejores galas y ponernos a cantar todas las canciones de Queen. Es un buen homenaje a Freddie Mercury, al que no se pone de santo, pero que podría haber sido un poco más incisivo en sus temas personales. Aún así, Bohemian Rhapsody cumple con creces y es un legado que mucha gente recogerá para conocer, si es que no se conoce todavía, a Queen.
Puntuación: 8/10