Better Man: Robbie Williams, dolor y gloria

Salir de la proyección de Better Man puede tener varias consecuencias respecto a Robbie Williams. La primera, la más fácil de todas, es querer llegar a casa y escuchar de seguido las mejores canciones del artista de Stoke-on-Trent, Inglaterra, y empezar a entender parte de lo que estaba pasando el cantante por cada momento de su vida. La otra vertiente puede ser algo parecido a estas palabras: “Es posible que el espectador quiera volver a su yo adolescente para eliminarle de todos los recuerdos musicales. Pero, a pesar de ello, resuenan en su cabeza cada acorde de los grandes hits de este showman” (Gracias, Miriam). Cualquiera de las dos vertientes puede ser adecuada porque Better Man no hace miramientos en ningún momento de poner a Robbie Williams como una persona tóxica, drogadicta y cuyo egocentrismo le costó casi todo en la vida, incluso estar cerca de perder su propia vida. Better Man es un biopic que no escatima en ningún momento en mostrar todo el lado oscuro de la estrella y no endulzar nada de la misma para limpiar su imagen y que pueda parecer que se ha recuperado del todo, pero la cinta no hace esa limpieza que muchos podrían pensar al estar producido por el propio Robbie Williams y es bastante de agradecer.

Robbie Williams, transformado en mono, en Better Man

Robbie Williams, transformado en mono, en Better Man

Better Man es la historia de Robbie Williams, sí, pero también es la historia de luchar para llenar un vacío que, en esta ocasión, dejó su padre al abandonarlo y solo aparecer cuando la fama ya había corrompido por completo al cantante. Es curioso que lo primero que se escucha, musicalmente hablando, sea My Way. La canción de Frank Sinatra servirá como hilo conductor para contar como el cantante británico hizo todo a la manera que realmente quiso, sucumbiendo a todos los excesos habidos y por haber y, darse cuenta al final del todo, que esos mismos excesos, son los que casi terminan con su carrera y con su vida. Better Man es una cinta que habla sobre bajar a los infiernos, enfrentarte con tus propios demonios interiores y volver a subir convertido en otra persona capaz de superar todos los problemas que puedas tener. Y si Frank Sinatra es el hilo conductor, el resto de los grandes temas de Robbie Williams son los momentos en las que pudo componerlas y para quienes iban escritas y, lo cierto, es que hay momentos que llegan a emocionar de verdad. Pero también hay otros, como he dicho antes, que pueden hacerte sentir repulsión por el propio cantante por todo lo que fue haciendo a lo largo de su vida.

Y las canciones son algunos de los grandes momentos de la cinta. Better Man es un musical. Creo que no se engaña a nadie al decir esto, pues los grandes momentos de la cinta vienen con alguno de los grandes del cantante británico. En especial están conseguido, con grandes números de baile incluidos, Rock Dj y She’s the one, la primera por ser un momento de inflexión dentro de la cinta y, la segunda, por ser uno de los momentos más emotivos, bellos y mejor coreografiados de la película. También tenemos grandes momentos con Angels, Let me entertain you o Feel que consiguen despuntar. Pero tranquilos todos aquellos que no sean muy afines a los musicales, pues la cinta tiene estos momentos sueltos y para destacar algún momento de la vida del cantante y el resto se desarrolla de forma hablada sin cantar, por lo que es fácil seguir el ritmo de esta.  También es bueno tener a un director que hizo uno de los musicales más laureados de los últimos años como es The Greatest Showman, Michael Gracey, que consigue en todo momento saber cómo colocar la cámara que es lo que quiere contar y como lo quiere mostrar. No es fácil pues hay muchos momentos de pasar de grandes números musicales a otros intimistas y lo hace de manera perfecta. Además, toma algunas decisiones artísticas realmente arriesgadas que salen bien y dejan al espectador con la boca abierta.

Robbie Williams, transformado en mono, durante su concierto en Knebworth en Better Man

Robbie Williams, transformado en mono, durante su concierto en Knebworth en Better Man

Y seguramente muchos os preguntéis que tal lo de que Robbie Williams esté convertido en un mono dentro de la cinta para contar la misma. Pues bastante bien. Al principio puede hacerse extraño, pero, a medida que la historia va escalando, se olvida por completo y únicamente se ve a Robbie Williams en ese papel. Es curioso que el propio cantante haya decidido mostrarse al mundo dentro de la piel de un simio para simbolizar como se ve o como se ha visto todos estos años como ese primate que no sigue leyes ni normas o que se genera repulsión. Dentro de los actores es lo más destacable porque es algo que llama la atención, el resto del elenco que participan en la historia cumple con creces y se integran perfectamente con el simio digital sin desentonar mucho (por mucha captura de movimiento que se haya hecho). Better Man es una cinta realmente potente, una cinta que hará que salgas cantando las canciones de Robbie Williams, pero a la vez tengas sentimientos encontrados de como se desarrollaron todos los años de éxito del cantante. Una cinta que no hace prisioneros y no endulza nada de la historia del cantante, algo de agradecer en un biopic donde siempre se intenta dejar bien a la propia estrella. Muy recomendable.

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