Tras el impresionante éxito de biopic musical del grupo Queen con Bohemian Rhapsody, todos los estudios están a la caza su pelotazo musical, Sony lo intentó con Whitney Houston y su aburrida I Wanna Dance with Somebody, recientemente Paramount hizo lo mismo con el emperador del reggae y Bob Marley: One Love, y el año que viene Lionsgate (con posible distribución en nuestro país de Universal) lanzará Michael acerca del rey del pop Michael Jackson. Y ahora la propia Universal estrena Back to Black sobre la cantante Amy Winehouse. Un biopic soso, irregular, y poco interesante dirigido por Sam Taylor-Johnson (Cincuenta sombras de Grey) y protagonizado por Marisa Abela (Barbie), Eddie Marsan (Firebrand) y Jack O’Connell (Ferrari).
Amy Winehouse es un chavala “de barrio”, más concretamente de Camden Town en Londres. Le gusta cantar y acaba triunfando. Pero le gusta beber y le gusta salir con un novio tóxico. Cuando alcanza su mayor gloria muere de una gran ingesta de alcohol. Lo primero de todo Back to Black viene avalada (y pagada) por el padre de Winehouse, por lo que la cinta, a pesar de hablar de excesos y abusos de sustancias, en general es bastante blanca. El guión tiene bastantes carencias, de hecho en algunos momentos no sabemos muy bien que nos quiere contar, si el fugaz éxito de esta señora, sus lazos familiares o su «tormentosa» relación con el novio. Todo ello intercalado entre actuaciones musicales con canciones que nacen de las situaciones antes vistas. Una historia que según pasan los minutos va perdiendo interés.
La película tiene una puesta en escena muy cuidada y elaborada. Si vemos videos de las actuaciones de Amy, todo está bastantes bien recreado: el ambiente, el maquillaje, el vestuario… pero más allá de eso, la cinta tiene cierto tufillo a telefilm (el guión también se presta ello). Lo peor de todo es que tiene momentos para emocionar y la directora inglesa es incapaz, teniendo hasta actores con talento, de sacar algo de magia del asunto. Una pena.
Marisa Abela da muy bien la imagen de la cantante de jazz, pero cuando le toca cantar, ya no alcanza las cotas de aquella, de hecho hay bastante diferencia. Es incomprensible que la hayan dejado cantar a ella finalmente cuando su voz es bastante diferente. Aún así, la actriz, nacida en Brighton, intenta sacar su personaje adelante y eso resulta loable. Peor suerte corre el veterano Marsan, solo hay que ver la secuencia del funeral para ver los desubicado que está en el asunto. Mención especial para el siempre interesante Jack O’Connell, aquí interpretando un villano a la fuerza, su primera aparición y la última son impecables.
En resumen, partiendo de que aunque Amy Winehouse supuso mucho para la música contemporánea, no es un personaje que tenga una legión de fans (tan solo tiene tres discos, uno de ellos póstumo) como si lo es Taylor Swift. Y a pesar de los excesos, no tuvo una vida tan interesante como la cinta nos hace creer. Back to Black nace muerta debido al escaso interés en la figura del personaje que se quiere retratar.
Lo mejor: La ambientación y el vestuario.
Lo peor: Es bastante anodina.
Puntuación: 3/10