Arthur: Perro sin fronteras

La nueva película de la mega estrella Mark Wahlberg (El milagro del padre Stu) es Arthur. Una cinta que él también produce y que entra dentro del grupo de películas que se hacen por que el actor se ha empeñado en ello. Arthur es un entretenido producto con perro, de esos que se pueden degustar cada semana como un estreno más de una plataforma cualquiera o bien en una sobremesa de fin de semana. El film está dirigido por el televisivo Simon Cellan Jones (Ballers), y delante de la cámara acompañan a Wahlberg y al can rostros conocidos como Simu Liu (Barbie) y Nathalie Emmanuel (Fast & Furious X).

Inspirada en una historia real, Arthur nos cuenta la historia de un corredor de carreras extremas, que combinan varias técnicas (ciclismo, piragüismo, atletismo…), que en su última competición se encuentra con un perro callejero que se convierte en uno más de su equipo. Este es básicamente el argumento. Para hacerlo un poco más dramático, el corredor está en horas bajas antes de apuntarse en la competición y el perro también tiene sus achaques. Es un guión de fórmula que funciona a pesar de sus defectos (contratar a una escaladora para subir únicamente un muro sin mucha importancia, la historia del protagonista con su padre, los “villanos” son presentados demasiado tarde…).

Simon Cellan Jones demuestra que es buen realizador pero no consigue emocionar ni en los últimos minutos. La escena más elaborada, y espectacular, de todo el metraje es la de la tirolina pero al igual que el guión, cuando la cinta arranca, se prometen muchas cosas que luego no se cumplen, es decir, el prólogo parece que se nos va a presentar una historia mucho más trepidante de lo que realmente es.

Wahlberg y su barba se gozan el personaje. Se nota que la cinta, como apuntábamos en el primer párrafo, está hecha a su medida. Es muy bien escoltado por Liu, que a pesar de tener poca carisma cumple con su función de “sobrao” redimido, mientras que Emmanuel tiene un personaje “más dramático”, que sabe muy bien sacar partido a los pocos minutos en los que se cuenta su historia. Mención especial para la breve aparición de eterno secundario Paul Guilfoyle (La piel del tambor) que interpreta al padre de Wahlberg. Es muy posible que su trama se haya quedado en la sala de montaje, ya que el conflicto se plantea pero no se desarrolla.

En resumen, Arthur es un producto de muy fácil consumo, entretenido y poco más. Es una cinta que tiene una factura más para pequeña pantalla que para sala de cine, pero mientras estas cintas sigan haciendo una caja decente con un presupuesto ajustado, las distribuidoras medianas seguirán apostando por ellas. Y si, el perro al que da nombre la cinta está graciosete, pero no coge verdadero protagonismo hasta ya pasada casi la hora de metraje.

Lo mejor: Es entretenida.

Lo peor: No emociona.

Puntuación: 5/10