“Espera lo mejor y prevé lo peor” decía Jason Bourne en El ultimátum de Bourne, y aquí viene que ni pintado para describir la nueva cinta del siempre interesante Matthew Vaughn (The King’s Man: La primera misión) titulada Argylle. Acción a raudales, personajes muy locos y divertidos, y más giros que el centrifugado de una lavadora es lo que vamos a encontrar en esta cinta protagonizada por Bryce Dallas Howard (Jurassic World: Dominion) y Sam Rockwell (Mira cómo corren), y con una lista de estrellas ejerciendo papeles secundarios donde destacan Henry Cavill (The Witcher), John Cena (Fast & Furious X), Dua Lipa (Barbie) y Samuel L. Jackson (The Marvels).
Argylle es el heroico espía protagonista de las novelas de una tranquila escritora cuyo único hobby es seguir escribiendo más aventuras de dicho agente. Pero en un momento dado de su vida se cruza un espía auténtico que viene a protegerla, pues todo lo que escribe tiene una base muy real. Lo que viene después es una sucesión de giros, y más giros, donde nada ni nadie es lo que parece o sí. Argylle es aparentemente un guión original pero que tiene su base en la cuarta novela de Elly Conway que aún no se ha escrito. No sabemos si esto es cierto o una labor de marketing, en cuyo caso es increíble como esta funcionado la maquinaria de Apple Studios y Universal Pictures. En cualquier caso, la historia no es tan original como se pretende, ya que bebe mucho de las adaptaciones al cine de grandes obras de Forsyth, le Carré, Greene, Defoe… y de la popular saga de Jason Bourne de Robert Ludlum. Argylle arranca muy bien pero conforme avanzan los minutos y nos introducimos en el segundo acto la cosa decae bastante. Luego en el tercer acto vuelve a remontar pero ya llegamos saturados. Y es que la cinta dura 139 minutos cuando no son necesarios. La cinta está plagada de humor, pero es un humor muy blanco. Si no tuviera tanto giro podríamos estar hablando de una cinta para toda la familia. Echamos de menos el humor soez y cafre de otra cintas dirigida por Vaughn como Kingsman: Servicio secreto. Y es que en el fondo Argylle cuenta una bonita historia de amor.
Vaughn vuelve a deslumbrarnos con excelentes escenas de acción, perfectamente coreografiadas, al ritmo de unas canciones que les sientan estupendamente. El arranque, todo una fantasía con un cochecito haciendo piruetas, la secuencia del tren, alternando personajes reales con ficticios, y llegando al final, la escena de la salida de la armería, con baile incluido, son todas una delicia. Hay alguna más digna de mención pero se estropearia la sorpresa al espectador. Como punto débil, nos encontramos con unos efectos especiales que no están a la altura, donde se nota bastante un acabado mal perfilado. Algo incomprensible en una producción de 200 millones de dólares.
Otro punto positivo de la cinta es Dallas Howard, la hija del director de Willow, denota una comicidad impactante y cuando entra en escena Rockwell a darle la replica, conforman el tándem perfecto. El actor ganador del Oscar por Tres anuncios en las afueras está estupendo en su rol de agente secreto en contraposición del imaginario Cavill. Mención especial para Catherine O’Hara (Elemental), que últimamente hemos visto poco en la gran pantalla, y Bryan Cranston (Asteroid City), quienes también están tremendamente divertidos en sus roles.
En resumen, Argylle es una cinta divertida que se mofa de todo el cine de espías y giros imposibles con bastante acierto. Sus actores funciona, la dirección funciona pero… es demasiado larga y por momentos nos invade la sensación de repetición y de haberlo visto todo antes. Eso sí, la escena post créditos es toda una sorpresa que va a descolocar a más de uno.
Lo mejor: La química entre Dallas Howard y Rockwell.
Lo peor: Los efectos especiales y la duración.
Puntuación: 6/10