Recuerdo todavía la época aquella en la que nos acercábamos a las salas de cine emocionados por el estreno de una nueva película de superhéroes. Recuerdo esa época en la que coincidieron, en un mismo año, la primera Los Vengadores junto con El caballero oscuro: La leyenda renace. Una época donde todavía no estábamos cansados del cine de superhéroes, pero es que ya, a finales de 2023, el cine de superhéroes ha pasado a un quinto plano en los intereses de mucha gente. El motivo es claro, la sobre explotación que se está haciendo de este cine y que la calidad de este ha bajado una barbaridad. Parece que los estudios no quieren esforzarse como antes en sacar este cine como se debe hacer. Marvel y DC llevan la voz cantante en esto y, lo cierto, es que el nivel que están demostrando ambas es bastante pobre. El final de este nivel tan bajo dentro del cine de superhéroes ha sido Aquaman y el reino perdido, una cinta que ya, directamente, abraza el no saber que contar con un guion realmente pobre. Soy consciente de los problemas que ha tenido la producción, pero el resultado final es muy mediocre.
Desde hace mucho tiempo, DC no sabe que quiere hacer realmente con sus personajes y, desde la llegada de James Gunn, parece que el rumbo que quieren tomar es uno realmente distinto. Y quizás por eso James Wan y compañía han decidido hacer lo que les ha dado la gana en Aquaman y el reino perdido. Esto lo digo desde mi impresión, pues se nota que la película no tiene intención alguna en contar una historia que consiga emocionar o mantener al espectador pegado a la pantalla. Simplemente coge la primera película, le da un poco de vuelta a la historia y vuelven a rodarla. Pero todo ello peor. La primera Aquaman todavía estaba metida dentro de universo de DC y tenía algo de consistencia en querer contar algo del personaje, ahora en Aquaman y el reino perdido han decidido que Aquaman se convierta en un chiste y solo sirva para lanzar gags durante 124 minutos de duración. Y es que el guion y la historia no se sustenta por ningún lado haciendo aguas, nunca mejor dicho, desde el principio. Y eso que todavía se confiaba en James Wan.
Pero el director de Saw parece estar más metido ya en la producción de películas que en realizar las suyas propias. Cuando dirigió la primera Aquaman todos nos quedamos algo sorprendidos por esta decisión, bueno, no tanto ya que venía de dirigir Fast & Furious 7. Pero ver a James Wan, que había revolucionado el cine de terror, dentro de franquicias tan grandes, sorprendía. Así, su primera Aquaman todavía tenía algo que rescatar de puesta en escena o decisiones de dirección bastante valientes. Pero Aquaman y el reino perdido no tiene nada del sello del director. Está dirigida en piloto automático, moviendo la cámara sin demasiado interés y perdido entre decisiones de guion realmente cuestionables a todos los niveles. Hay momentos en los que parece que no sabían que hacer e improvisaron de una manera realmente bárbara. Incluso en diseño de producción aparecen cosas sacadas de otra película, decidme si no, si la guarida del villano de turno no está sacada de la fortaleza de Minas Morgul de El señor de los anillos: El retorno del Rey. Y todo esto hace que Jason Momoa esté en su salsa, haciendo lo que le viene en gana con el personaje y soltando chistes por doquier sin importar el momento de la trama en la que nos encontremos.
Sin querer entrar en más detalle, solo hay que decir que el villano sigue siendo una risa, que no intimida y no tiene nada de amenazante. Y eso sí, que lo mejor de la película se un pulpo como personaje secundario también tiene mucho que decir. Por lo demás, Aquaman y el reino perdido posiblemente sea el final de las aventuras del héroe marino, pero también espero que sirva de punto de inflexión para las futuras entregas que están por venir de los superhéroes que sean, porque si esto sigue esta dinámica, dentro de poco, nada quedará de aquel cine de superhéroes de antaño.