Amama: Árboles y abuelas

El año pasado se presentó en el Festival de San Sebastián la primera película rodada íntegramente en vasco que competía por la Concha de Oro a la mejor película. No ganó. Pero si se ha ganado ahora el prestigio de representar a España en la carrera a por el Oscar. Esa película era Loreak. Y ahora justamente un año de su descubrimiento el Festival de San Sebastián presentó Amama, la última película de Asier Altuna (Bertsolari). Amama es una historia de enseñanza, de aprendizaje y de descubrimiento. Altuna consigue aunar en una misma historia mitología vasca, una historia hermosa y una fotografía espectacular. Quizás no llega al nivel de emoción y belleza de Loreak, pero Amama es de esas películas que dejan un poso muy bueno en quien la ve. Una maravilla.

Iraia Elias en Amama

Iraia Elias en Amama

Y es que lo especial de Amama quizás no sea su lucha por hacernos entender y enseñar la cultura vasca. El gran triunfo de la película es de hacerlo de la manera más natural posible y bajo los ojos de esa amama, de esa abuela silenciosa que observa todo lo que la rodea en silencio, siendo testigo de los cambios generacionales que surgen en su familia. Al igual que nosotros, los espectadores, somos testigos en silencio de cuanto se sucede en la pantalla de cine sin poder cambiar nada. En cambio, esta amama si puede, pero sin hablar, sólo con la mirada y es una de las grandes cosas que tiene esta película. No hace falta demasiado ruido para convencernos de lo que vemos o instigarnos a escuchar algo para que sepamos que es lo que sucede, simplemente con la mirada somos testigos de ello.

De eso se encarga perfectamente Asier Altuna. Él es quién lleva la cámara, es nuestros ojos. Es quien nos muestra todas las generaciones de una familia. Una familia arraigada a un caserío. Arraigada al igual que eso árboles que la amama pinta para sus nietos y que están en esta tierra con esas raíces que simbolizan todo. Es Altuna quien maneja perfectamente los tempos de su historia, una historia familiar, que posiblemente vivamos todos alguna vez, una historia de cuando las nuevas generaciones cambian por completo la idea que tenían sus padres antes de crecer. Y eso está reflejado en Amaia, una joven que ante todo quiere lo mejor para su familia, pero no a cualquier precio. Y por eso huye del hogar, para ver si es capaz de seguir su vida, pero siempre quedará el peso de la familia y el saber perdonar.

Fotograma de Amama

Fotograma de Amama

Enfrentarse a Amama es quedarse hipnotizado por su historia, por sus personajes y por esa amama, Amparo Badiola, que consigue dejarnos sin hablar y que clava sus ojos verdes casi blanquecinos en nosotros. Si es cierto que en alguna ocasión Altuna se deja llevar por el experimental, pero el resto de la historia es de una belleza increíble. Sin duda fue una de las mejores de la sección oficial del Festival, y una de las grandes cintas del año.

Lo mejor: La historia y como te va calando.

Lo peor: Que Altuna en alguna ocasión abuse de un tono experimental.

Puntuación: 8/10

Ficha artística y técnica

España. Dirección y guion: Asier Altuna. Interpretes: Nagore Aranburu (Sara), Amparo Badiola (Amama), Klara Badiola (Isabel), Iraia Elias (Amaia), Ander Lipus (Xabi), Kandido Uranga (Tomás), Manu Uranga (Gaizka). Producción: Mariano Fernández. Música: Javier P3Z y Mursego. Fotografía: Javier Agirre Erauso. Montaje: Laurent Dufreche.

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