Vuelve Jason. Vuelve David. Vuelve Sylvester. Los tres astros cinematográficos vuelven para parir un nuevo héroe de acción en la gran pantalla, que si la taquilla responde, nos asegura una larga saga de películas. Jason Staham (Los mercen4rios) se reúne otra vez con el director David Ayer (Cuenta pendiente) tras el éxito de Beekeeper: El protector, para poner en pantalla un guión de Sylvester Stallone (Guardianes de la Galaxia Vol. 3) basado en la novela del escritor Chuck Dixon, quien también es guionista de cómics de superhéroes como Batman, Conan o El castigador. A Working Man no inventa nada nuevo, pero consigue entretener con un cine muy deudor de los “actioners” de los años 80/90 protagonizados por estrellas como Norris, Schwarzenegger, Seagal… incluso el propio Stallone.
Levon Cade (Staham) es el capataz de una obra donde los promotores son una pareja de latinos con una hija un tanto caprichosa. Levon también es un ex militar que pone “orden” en la construcción y tiene una buena amistad con la hija de su patrón. Paralelamente lucha por la custodia de su hija tras el fallecimiento de su mujer. Un buen día la hija del patrón es secuestrada por las mafias rusas y Levon cambia el peto y el casco por el fusil y el chaleco militar para ir al rescate. Si, el argumento no resulta nada novedoso pero la fórmula sigue funcionando. Stallone, que ya firmó un guión de El protector (Homefront) para su amigo Staham, vuelve a usar aquella misma receta pero cambiando el oficio del protagonista. El guión, como es de esperar, está plagado de frases lapidarias y situaciones peculiares, pero eso es lo que le da “encanto” a esta serie de películas. A Working Man se basa en la primera novela de esta saga que hasta el momento abarca 12 tomos, y es por ello que película deja algunas puertas abierta para la inminente secuela, si el espectador apoya la propuesta.
David Ayer pone el piloto automático durante prácticamente los dos primeros actos (a excepción de los impresionantes títulos de créditos iniciales y un par de escenas más) para dar rienda suelta a toda la violencia contenido en su tercer acto. El clímax es de aplauso, y cómo Staham acaba con los dos de los villanos principales, prácticamente con sus manos golpeándolos, es para levantarse y hacer una reverencia, pues es a lo que se viene a este tipo de cintas, a disfrutar de los tiros y mamporros que reparte el actor inglés.
Staham es el héroe de acción de toda una generación y va camino de conquistar a la siguiente prole. El actor de Fast & Furious X hace mucho tiempo que sabe que es lo que quieren sus fans y aquí no defrauda. El momento que se pone un traje para hablar con un traficante ruso es la culminación de su actuación en esta cinta. A pesar de salir en los créditos el segundo es digno de mencionar al correcto, y amigo personal de Staham, Jason Flemyng (Culpa Mía: Londres), que prácticamente hace un cameo. Y es que en A Working Man, Staham es la estrella y sale casi en el 90% de los planos de todo el metraje.
En resumen, A Working Man iba camino de ser una serie de televisión pero algún lumbreras le vio el potencial cinematográfico y ha acabado siendo una película muy franquiciable. Es un producto muy consciente de lo que es y para quien es. Solo busca entretener al respetable, aunque seguro que muchos encontrarán una lectura muy Trumpista en su historia e imágenes.
Lo mejor: Su violento tercer acto.
Lo peor: La partitura musical no acompaña a las imágenes.
Puntuación: 6/10