Precedido por un montaje de imágenes de su nueva película Perdida, David Fincher (Se7en) aterrizó en la Escuela TAI de Madrid para charlar sobre esta cinta y su trayectoria. El director de Colorado asistió a inaugura el curso de la escuela y estuvo casi una hora ofreciendo su talento a los alumnos allí congregados. No se quisieron perder la cita directores nacionales como Eduardo Chapero-Jackson (Verbo), Daniel Monzón (El Niño), Oskar Santos (Zipi y Zape y el club de la canica), y Daniel Sánchez Arévalo (La gran familia española).
“La visión que tenemos de nosotros mismos y que la gente tiene de nosotros es lo que me atrajo de la novela en la que se basa Perdida, comentó el director dos veces nominado al Oscar sobre su esperado nuevo film.
Habló de su formación, la cual abandonó para dedicarse a lo que más le gustaba, el cine. Y así comenzó a trabajar en un laboratorio donde hacia todo tipos de trabajos fotográficos. Más adelante fichó por la Industrial Light and Magic, donde realizó trabajos de retoque en la imágenes de películas como El retorno del Jedi e Indiana Jones y el templo maldito.
Tras curtirse en videos musicales y en el mercado de la publicidad, con 27 años comienza a preparar su debut en la gran pantalla con una película de modesto presupuesto sobre una casa encantada, “si tienes talento, el dinero va a venir, y yo tenia talento”. Este proyecto es abandonado cuando 20th Century Fox le encarga Alien 3, su película menos personal, y donde el estudio metió mucho la mano y se cargo bastante el trabajo de todos los implicados.
Respecto el trabajo con su equipo, valora muchos más las intenciones que la habilidades. Para Fincher, “el cine es un proceso colectivo, y tu labor como director es entusiasmar a todas esas personas para que te ayuden a conseguir ese producto que deseas”.
Sobre la violencia en sus películas, y en especial en El club de la lucha, apuntó que “el cine es un riesgo emocional donde influyen muchas cosas”. Para informarse sobre las explosiones del “Proyecto Mayhem”, el director se reunión con un equipo de artificieros de la policía. Quería que las explosiones y todo lo que las rodeara fuera lo más real posible. Dice que no le gustan aquellas cintas donde todo explota porque si, sin ningún sentido. “El cine es un medio de comunicación muy poderoso” continua el director, matizando sobre el tema de la violencia, “esta en la responsabilidad de cada uno elegir lo que quiere ver”.
Fincher fue percusor en el uso de cámaras digitales, y cuando se le pregunto sobre el formato que prefería no dudo ni un momento en alabarlo, “el digital hace el trabajo más fácil, con una cámara digital puedes filmar cualquier cosa, para mi digital es un buen formato, pero eso es cuestión de gustos”.
Ha dirigido los primeros episodios de House of cards, serie que también produce, y sobre el tema del cine y la televisión quiso apuntar que “el lenguaje televisivo te permite desarrollar mucho más los personajes, es su principal ventaja. En el cine, tienes que ser mas directo, tienes que esforzarte más para introducir los personajes en menos tiempo”.
Los alumnos de la escuela le preguntaron por su nueva película y acerca del personaje que interpreta Rosamund Pike (Jack Reacher) y el meticuloso director apenas quiso dar detalles, “Amy es un personaje complicado”, respondió para mantener el secretismo que siempre hay tras sus proyectos.
Acerca de su iluminación basada en verdes y amarillos que suele predominar en su cine, Fincher vaciló con que “el rosa no me gusta, es un color muy de los ochenta”.
Para concluir le preguntaron acerca de los consejos que daría a los futuros actores, y fue muy claro “Blu rays” en referencia a que vieran cine y que no tenia una técnica principal para dirigir actores.
Con todo esto y la impresión de que Perdida va ser otra obra maestra nos despedimos de unos de los directores más inteligentes que tiene el panorama hollywoodiense actual.
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