Con motivo del estreno de El cuerpo, hemos podido charlar con su director, el debutante Oriol Paulo. Oriol ha dirigido mucha televisión y salto a la fama por firmar el guion de Los ojos de Julia.
El cuerpo nace tras trabajar en Los ojos de Julia, ¿Que podemos encontrar de ella en este debut?
Hay muy poco. Las primeras versiones de guión estaban ya cuándo yo estaba escribiendo Los Ojos de Julia, lo que hice después, cuando ya me manifiestan el interés por hacer la película, fue empezar a trabajar más el guión pero ya con una cosa más armada y construida. Creo que Los Ojos de Julia es una película que mira más al terror desde el Giallo italiano, una película de mucho más sangre y cuchillo entre comillas y en el buen sentido de la palabra porque son películas que a mí me encantan, y El cuerpo se mueve más en la psicología, con cuatro personajes que nos muestran su psicología y como la utilizan para atacar o para defenderse, el terror es más de apunte, no es un terror físico, y creo que Belén siempre sufre, siempre está llorando… y a mí me apetecía mucho desde el guión del personaje, y así se lo vendí a Belén. Belén esconde una gran debilidad que es la que la hace ser como es.
¿Cómo te has sentido en esta primera experiencia de dirección?
Me he sentido bien y cómodo, lo he asumido con mucha naturalidad. Es verdad que el día que me dicen que se va a hacer, me acuerdo que me senté en una terraza en Barcelona y pensé en todo lo que me iba a pasar si emprendía el viaje. Es un proceso muy largo y una vez que lo asumes, vas a muerte con ello, y una de las diferencias con escribir es que cuando tu escribes, observas lo que te rodea, te lo llevas dentro e intentas escribirlo, y cuando estás dirigiendo todo lo que te has llevado dentro, lo tienes que sacar y comunicar a un equipo de más de 100 personas, con lo cual más te vale conectar mucho con el material para poderlo comunicar.
La cinta tiene un momento donde se pueden barajar varios finales, ¿Siempre tuviste claro que querías ese final?
El inicio y el desenlace siempre ha sido el mismo, es decir el esqueleto de la película y lo que sustenta la trama no lo puedes poner en cuarentena porque si no entonces no tienes película y estás jugando a otro juego. Esto nunca se ha cuestionado, sí se ha cuestionado que objeto te puede conducir a viajar y a tener un flashback, ahí si hemos tenido un debate pero nunca hemos cambiado ni la estructura o lo que nos disponíamos a contar, sobre todo a nivel de diálogo si hemos hecho un trabajo muy bestia, pero siempre quién era quién en esta película siempre ha estado claro.
La secuencia del baño, con Hugo Silva y la carta, me ha producido muchísima risa, ¿era este su cometido?
Obviamente es un pequeño momento de humor negro, una de las cosas que esconde la película es este humor, y que se nota más en segundos y terceros visionados.
¿Cual fue el momento más difíciles de rodaje?
Hicimos un trabajo estratosférico. El momento más difícil es cuando se disparan los aspersores de la morgue. Era jodida y compleja porque íbamos a mojar todo el decorado y a destrozarlo, la teníamos que poner al final del rodaje. Acabas en plató con la peor secuencia del mundo y la lógica te dice que tienes que barrer todo lo que se te ha quedado, y cuándo estás mojando el decorado es una locura. Además había que tener cuidado con desaguar todo el agua que estabamos tirando para volver a empezar, fue una locura.
¿Pudiste contar con el casting que querías?
Todos son primeras opciones, lo cuál para un director novel y un debutante es un honor y lo digo con toda la humildad del mundo aunque sea típico y tópico pero es mucha suerte que lean tu guión y te digan que sí. El casting lo considero como un efecto dómino, está Belén que es una mujer fuerte, dominante, poderosa. Entonces necesito un talón de Aquiles que no pueda controlar ni el paso del tiempo ni el amor, tenía que encontrarle un marido más joven por el que sienta debilidad y pueda perder el control y así es como llego a Hugo Silva. Por contraposición a esta relación, llego a Aura Garrido, porque necesito a alguien para la vida de Hugo que de una manera sea lo que él ha perdido en años de matrimonio con su mujer, y ahí entramos en el mundo de Aura. José Coronado es un caso aparte ya que soy muy fan suyo desde hace mucho tiempo, desde La Caja 507, y de No habrá paz para los malvados, y cuándo entró en el proyecto buscaba en él la verdad desde el minuto uno, un policía que cuando apareciese en pantalla me creyese que ese señor es policía y además que impusiera mucha autoridad porque el personaje de Hugo se mueve en la mentira desde que aparece en pantalla prácticamente, cuánta más autoridad mejor, porque se lo iba a poner más difícil.
El cuerpo me ha recordado mucho a las novelas de Agatha Christie y me ha venido a la mente a Coronado como la señorita Flecher de Se ha escrito un crimen, ¿cuánto bebes de eso?
Cuando estuve en el Festival de Londres lo dije, yo crecí leyendo a Agatha Christie y viendo a Hitchcock. Con catorce o quince años me había leído todas sus novelas, forma parte de mí, aunque no soy consciente de haberlo aplicado, pero seguramente estén presentes las referencias.
El genero de terror parece que lo tienes dominado,¿Qué otro género te gustaría tratar?
Ahora mismo estoy coqueteando con una historia que se va más al melodrama de ciencia ficción, me apetece mucho.