Neil Burger: «Es muy interesante crear un mundo futuro»

Un trayectoria correcta con éxitos como El ilusionista o Sin Limites, es lo que avalan a Neil Burger, director de Divergente, adaptación de la novela homónima de la trilogía creada por la jovencísima Veronica Roth. Neil estuvo con nosotros en Madrid, y nos contó muchas cosas, entre ellas la decisión de no dirigir los dos capítulos siguientes de la saga.

¿Qué te atrajo de la novela?

Supongo que lo que me gustó del libro fue que, como director, estaba buscando una gran aventura, y algo que estuviera situado en el futuro. Como director es muy interesante crear un mundo futuro. Los temas también me gustaron: la naturaleza humana, quién soy, dónde pertenezco, por qué soy diferente, me estoy conformando…

¿Hay muchos cambios con respecto a la película?

Creo que hay un par de cosas que puse yo. Una, con los escenarios del miedo, las alucinaciones, ahí cambié muchas cosas del libro pero les di una lógica particular sobre cómo funcionaban y cómo funcionaban respecto a que ella fuese divergente. Mucho fue simplemente limpiarlo un poco hacerlos un poco más dramáticos. La mayor parte es fiel al libro, simplemente quería hacer el mundo un poco más como una utopía comunitaria, donde Tris quisiera encontrar su lugar en la sociedad. Quería hacer una sociedad de la que mereciera la pena formar parte, y eso es algo diferente al libro.

¿Cómo ha equilibrado todos los temas que toca la novela en una película de algo más de dos horas?

Toda la historia es bastante complicada ya en el libro. Tienes este sistema de cinco facciones y tienes la relación de la protagonista con sus padres, con su hermano, sus amigos, con Jeanine Matthews y Eric, sin entrar siquiera en el romance. Hubo que navegar mucho. Pero lo más importante era equilibrar de alguna forma las relaciones con la trama de acción, no solo las peleas, y entretejerlas para que pudieran estar relacionadas, creo que ese fue el desafío mayor.

La secuencia en la que Tris entra en la mente de Cuatro y juntos afrontan los miedos de este es bastante compleja ¿cómo se planificó?

Hay cuatro trozos en esa escena, uno de ellos en un cable en las alturas, que se hizo con una pantalla verde. Y ese segmento particular fue uno de los pocos en los que era casi todo efectos especiales, solo ese cable, porque para el resto de la película tenía una regla: el 80% de lo que apareciera en plano tenía que ser real. El resto de ello estaba rodado en esa habitación pequeñísima, cuando le apunta con una pistola… Lo que me gustaba de esa escena era que tenía que tener la lógica de un sueño, que pasaran del cable al conducto de ventilación y luego están en la habitación pequeña y cuando salen están en ese otro lado, no te das cuenta de que están en otro lugar hasta que están allí.

¿Por qué no va a dirigir las secuelas?

En realidad, sí estaba pensando dirigir la siguiente. Estaba preparándola el pasado otoño, y era algo difícil porque estaba montando esta película y preparando la siguiente, pero pensaba que podría hacerlo, será difícil, pero podré. Sin embargo, decidimos rodar algunas escenas adicionales para ésta y cuando tomamos esa decisión fueron demasiadas cosas y lo hizo imposible.

¿Qué resulta más difícil, trabajar con adolescentes o con Edward Norton?

(Risas) Trabajar con Edward, porque es muy apasionado con lo que hace, tiene ideas muy fijas de cómo quiere hacer las cosas. Y es buenísimo, pero es más fácil trabajar con gente más joven que puedes manejar mejor.

¿Cómo seria la película de su vida?

De hecho ya dirijo un poco la vida. Si tuviera que dirigir el mundo uno quisiera cambiarlo y quitar los conflictos y todo esto, pero como director quiero meter conflictos, problemas, dilemas… así que para dirigir el mundo tendré que hacer todo lo contrario a lo que hago en el cine.