Tras una larga espera, nos llegó el turno para tener unas palabras más cercanas y hacer unas preguntas más explícitas al director Miguel Courtois, que presenta su nueva cinta, Operación E. Nos recibe con humor y buen rollo.
¿Piensas desde el principio en Luis Tosar para el papel?.
Evidentemente, en un actor alemán no pensaba (Risas). Necesitábamos un actor español para poder levantar el proyecto aquí, y por eso pensamos en Luis casi desde un principio. Cristina Zumárraga ya trabajó con él y apostamos por Luis.
Has realizado películas como GAL y El lobo, y ahora Operación E, retratando en ellas el terrorismo y la forma que directa o indirectamente afecta este a la sociedad. ¿No se te pasa por la cabeza en algún momento plasmar la crisis que estamos viviendo, el terrorismo financiero por llamarlo de alguna forma, para llevarlo a la gran pantalla?
Si, estoy en ello. Pero el problema es que es que a veces llevar a cabo un proyecto es más o menos difícil que llevar otro. En este caso es más difícil y por eso me va a llevar más tiempo. Espero que la crisis no haya acabado para entonces (Risas). No, en serio, me gustaría mucho contar una historia muy fuerte que cuente por ejemplo que los que pagan la factura no son los que la tendrían que pagar.
A la hora de hacer cine con un alto contenido político, ¿hasta que punto hay satisfacción personal?
Yo creo que el objetivo de Operación E no es solo un objetivo político. Parece que la película va más allá, hacia el tema del sufrimiento universal. Por supuesto hay un rollo muy político en la historia, pero el resultado emocional supera a lo técnico. Me dedico a hacer este tipo de cine por dos razones básicamente. Primero por que es el que me gusta ver como espectador, y segundo porque me permite hacer una síntesis entre ser director de cine y ser también un ciudadano concienciado del mundo en el que vive, que comparte ideas y que si puede denunciar algunas cosas que le parecen injustas, lo hace y le va bien hacerlo. Es un cine más difícil de sacar adelante este tipo de cine y al hacerlo se paga una factura que por ahora estoy dispuesto a pagar.
¿Pudiste hablar con el verdadero Crisanto antes de hacer la película?
No, porque cuando empezamos a rodar la película él estaba todavía en la cárcel. Por otra parte, no es una cosa que a mi me resultara imprescindible, porque eso puede influir para bien o para mal a la hora de hacer la película. Cuando hice El lobo igual, tampoco le vi antes de que acabase la película.