Elegante, pero sencilla. Agradable, comedida y correcta. Con los pies en la tierra. Así es Elena Furiase (El internado), con la que hemos tenido la oportunidad de hablar sobre su próxima película Poveda. Dirigida por Pablo Moreno (Un Dios prohibido), la cinta nos relata la increíble labor que llevó a cabo el sacerdote Pedro Poveda en el campo educativo y en defensa de los derechos de las mujeres en la España de principios del siglo XX. Pepita Segovia, interpretada por nuestra protagonista, es la mano derecha de Poveda en este filme.
¿Qué puedes contarnos sobre Poveda, por qué debemos ir a verla?
Porque es una película muy bonita y sensible que habla de temas que hoy día aún están candentes, como el papel de la mujer en la sociedad, la educación… No es una película pesada ni pretenciosa religiosamente hablando, al contrario de lo que piensan muchas personas, va sobre religión sí, pero también sobre muchas cosas más y no te marca una tendencia religiosa a seguir, te habla de humanidad, de igualdad, de amor, de tolerancia… Creo que es un filme que hoy en día hace falta. Además esta cinta consigue hacerte reír, llorar y emocionarte, entras en el cine pensando que vas a ver una cosa y sales de él con el pensamiento totalmente cambiado.
¿Y el hecho de que sea religiosa ha supuesto para ti un hándicap a la hora de aceptar el papel?
No, de hecho aunque yo me considero una persona muy espiritual que cree en Dios y en Jesús, que ha leído la Biblia por voluntad propia, no hago una vida católica, no voy a misa, no me confieso, no estoy muy metida en el mundo de la religión. Pero esta película y su guión son algo más que religión: cuenta la historia de dos personas que hicieron mucho por la educación religiosa, pero también por la igualdad de las mujeres, por el bienestar de muchos pueblos pobres que no tenían recursos y creo que esa historia sí merece ser contada. Soy actriz, interpreto a personajes, intento quitarme todos los prejuicios que pueda llegar a tener porque simplemente estoy dando vida a una persona que no tiene por qué tener nada que ver conmigo.
Tu personaje, Pepita Segovia, existió de verdad, ¿cómo te has preparado el personaje?
Cuando me lo ofrecieron no sabía quién era pero, el director Pablo Moreno hizo un trabajo de investigación espectacular, y yo, una vez que leí el guión, me empecé a informar, busqué escritos suyos, opiniones de las personas sobre ella… y entre los dos nos formamos una idea de cómo queríamos que fuera Pepita Segovia, sin dejar de lado a la Pepita de verdad, porque él quería darle ese punto real suyo de mujer muy contenida, muy femenina, con mucho carácter, muy buena y humilde.
No es la primera vez que trabajas con Pablo Moreno, ya trabaste con él en su primer filme Un Dios prohibido y ahora estás trabajando de nuevo con él en la película Soledad, ¿Qué puedes decirnos sobre él?
Pablo tiene una calidad humana impresionante, es muy buena persona. Es un innovador, le gusta mucho el cine y la magia que desprende. Disfruta muchísimo de lo que hace, ama su profesión. Es un gran director de actores, él no solo busca que la película se vea bonita, se preocupa también de los actores y esto es genial, porque no hay muchos directores que miren el trabajo de los actores, hay algunos que con que digas el texto y quede más o menos creíble está bien, es decir se interesan más por que ‘el cuadro’ sea bonito. Pero Pablo lo mira todo y quiere que todos estemos cómodos. Es muy fácil y muy enriquecedor trabajar con él.
De todas las experiencias aprendemos. ¿Qué te ha aportado a ti la experiencia de trabajar en Poveda?
Me ha permitido conocer a dos personas fantásticas, que son Pedro Poveda y Pepita Segovia. Hacer esta película me ha enseñado, gracias al personaje al que interpreto, que en la vida hay veces que uno tiene elegir entre dos caminos posibles y que cuando quieres algo de verdad tienes que luchar por ello y dejar atrás otras cosas, porque a veces no todo es posible a la vez.
Debutaste con tu papel de Vicky en El internado, pero has hecho interpretación desde mucho antes ¿Cuándo supiste que querías ser actriz?
Nunca tuve un momento en el que dije “quiero ser actriz”. Desde pequeñita he estado jugando a actuar, aunque a los doce años me entró un pájara y pensé que no quería dedicarme a esto, porque no me gustaba ser famosa ni la prensa y que lo que yo quería ser espía y ama de casa. Pero a los quince años empecé a hacer teatro en el colegio y recapacité: pensé que la interpretación era lo que realmente me gustaba y que si tenía que ser famosa pues ese sería un lastre que estaría dispuesta a llevar. Ser famosa tiene sus ventajas y sus inconvenientes: por un lado nunca te sientes sola, vas por la calle y recibes el cariño de gente que no conoces, pero por otra parte no tienes intimidad como una persona anónima, tienes que tener mucho cuidado con lo que dices y haces. Aun así, no cambiaría esta profesión por ninguna otra.
¿Cómo ha afectado a tu carrera que vengas de una familia de artistas tan famosa?
Mi familia siempre me ha afectado positivamente en todo, si volviera a nacer y me dieran a elegir, volvería a escoger a mi familia. Es cierto que a veces cuesta que te den una oportunidad porque creen que estas ‘cogiendo el tirón’ de tu familia y creen que no lo vas a hacer bien o que no te tomas en serio el trabajo, pero yo, a día de hoy, puedo afirmar que jamás he conseguido nada por enchufe, todo lo he hecho mediante pruebas y mucho trabajo… De hecho jamás he utilizado mi apellido, porque si lo hubiese hecho me habría perdido muchas cosas, no hubiera aprendido todo lo que he aprendido. Pero bueno, ya llevo muchos años en esto y noto que la gente me va cogiendo cierto respeto y tomándose más en serio mi trabajo.
Has trabajado con personas muy famosas, ¿Quiénes son los que han dejado más huella en ti?
Amparo Baró dejo muchísima huella en mí. Y Fele Martínez, que fue un grandísimo compañero, Paz Vega sin duda alguna, Manuel Banderas, Luis Merlo, Natalia Millán, Ramón Langa que es un gran amigo, Jorge Sanz, David Trueba… Son tantas personas geniales con las que he trabajado que no podría mencionar solo una. Me considero una afortunada, desde luego.
Ahora estás trabajando en Soledad, ¿tienes algún otro proyecto a la vista?
Ahora mismo se está emitiendo ¿Qué fue de Jorge Sanz? 5 años después en Movistar Plus, tengo una pequeña participación en el capítulo 13 de El Ministerio del Tiempo. Además a finales de año estrenaremos Soledad, y además hay un pequeño proyecto de cine para el extranjero del que estamos esperando noticias. Por último, seguramente el año que viene vuelva al teatro.
Has hecho de todo: cine, series, teatro ¿Con qué te quedas?
No podría quedarme con uno de ellos, se complementan: el teatro es muy sacrificado pero muy bonito al ver la reacción del público en el momento, la televisión es el éxito rotundo si todo va bien, y el cine es la magia, “el niño mimado” de la profesión.
Me han entrado ganas de verla.. Enhorabuena por la entrevista!