El cine americano esta acostumbrado a presentarnos historias de jóvenes inmaduros, a los cuales un suceso les hace cambiar y madurar. Ahora con Y de repente tú la propuesta da una vuelta de tuerca y nos presenta a una joven con el síndrome de Peter Pan, que se enfrenta a duro reto de madurar. Tras la cámara, el que en una época fue un gran gurú para la comedia americana, Judd Apatow (Si fuera fácil). Y frente a la cámara encontramos a la chica de moda en USA, Amy Schumer (una fuera de serie que también firma el guión) y el imprescindible Bill Hader (la voz de Miedo en Del revés).
Una joven periodista que disfruta de una vida alegre y sin compromiso, se enamora de un medico especializado en tratar a deportistas. La relación con este pondrá en jaque su ritmo de vida, donde el sexo ocasional y las borracheras de fin de semana son algo común. En esta transformación de fiestera a novia formal, también aportan su grano de arena su hermana pequeña (mucho más madura) y su padre. Y de repente tú no es una película que reinvente genero, tampoco lo pretende, pero su punto de vista (y muchos de sus chistes) si que resultan novedosos. La postura de esta joven periodista es como la de un “macho alfa” y sus costumbres: no quedarse a dormir después de echar un polvo, beber hasta liarse con alguien… detalles que sorprenden en una comedia americana donde las riendas las lleva una mujer y se cuenta la historia desde su punto de vista. La propia protagonista firma el guión que no sería de extrañar contuviera algún que otro apunto autobiográfico.
Judd Apatow se limita en poner en imágenes el guión de Schumer y parece que le va mucho mejor que otras veces. Sigue abusando de alargar las secuencias innecesariamente, pero ahora parece que el humor soez se hace más digerible. También consigue emocionar (ese final en el Madison Square Garden es sublime), algo que en sus anteriores cintas no conseguía del todos. Sin duda sus mejores momentos es cuando opta por un humor más absurdo o metafórico, atentos al momento en la sala de cine, donde se proyecta El paseador de perros (un guiño al cine europeo romántico con dos actores de renombre) o aquella en la que Amy Schumer prueba una maquina medica bajo la supervisión de Bill Hader.
Sin lugar a dudas lo mejor de Y de repente tú es su pareja protagonistas. La “gordi guapa” que arrasa en el stand up americano, Amy Schumer, se mete al publico en el bolsillo en la primera secuencia, aquella en la que narra su “modus operandi” de vida. Por otro lado, Bill Hader se esta convirtiendo en ese perdedor con suerte con el que muchos se sentirán identificados. La presentación del personaje, la emoción de la primera vez que se acuesta con Amy… son detalles que nos trasmiten la alegría de personaje. Sin duda un actor que esta reclamando más atención. Sin embargo en Y de repente tú hay otro figura a la que hay que señalar. Ese es LeBron James, el archiconocido jugador de baloncesto, que aquí se interpreta así mismo y resulta ser todo un roba escenas. Sus momentos son impagables, verle pedir la cuenta a medias o racanear unos centavos, son momentos de aplauso largo.
En resumen, Y de repente tú no pretende revolucionar el genero de la comedia, pero parece que si se han preocupado por darle un giro y hacerla bastante creíble. El problema es que últimamente atañe a casi todas las comedias americanas, parece que no saben cortar y se van a algo más de horas, cuando lo que realmente quieren contar se puede hacer en 100 minutos o menos. Pero lo dicho, bastante sincera y entretenida.
Lo mejor: Sus dos protagonistas y el descubrimiento de LeBron James.
Lo peor: Su duración.
Puntuación: 7/10