No voy a engañar a nadie cuando digo que tenía muchas ganas de ver Warcraft: El origen. Tenía muchas esperanzas puestas en ella debido al nombre que había detrás, Duncan Jones (Código Fuente), y tras ver los primeros avances parecía que habían entendido como adaptar un MMORPG tan colosal y difícil como es World of Warcraft. Pues bien, dicho esto, puedo decir que Warcraft: El origen es la gran decepción del año. Tiene un guion sin sentido, algunas decisiones no sabes de donde salen y lo que es peor, muchos tramos de la cinta se hacen realmente aburridos. Las esperanzas puestas en ella se desvanecen al igual que la estrella que tenía Duncan Jones, un director que empieza a tambalearse.
Warcraft: El origen comienza a derrumbarse cuando ves que las cosas se suceden a una velocidad pasmosa. La historia de los Orcos no abarca más de cinco minutos, la de los humanos más de lo mismo y encima, las tomas de decisiones de nuestros protagonistas en muchos casos, dejan mucho que desear. El guion es el principal problema. No sé si es que no han tenido tiempo de prepararlo lo suficiente o es que Universal ha estado metiendo mano en la producción, pero el caso es que el guion hace aguas desde el inicio del mismo. Tiene subtramas amorosas que no sabes en ningún momento de donde han salido, te intenta meter temas emocionales sin haber trabajado lo suficiente ese aspecto, lo que hace que te de bastante igual lo que les suceda a los personajes. No tienes empatía por ellos. Y eso, en una película que intenta ser épica, es un gran problema.
Sin ir más lejos, El señor de los anillos: La comunidad del anillo al igual que esta Warcraft: El origen era la primera entrega de una trilogía. La diferencia es que en aquella el guion estaba más trabajado, las emociones de los personajes estaban mejor trabajadas, si alguno moría lo sentías de verdad. Aquí no. Aquí te pone el dilema moral de traicionar a tu especie por el bien de la misma. Y eso es plausible, se han dado cuenta de que World of Warcraft no va de buenos o malos, sino que todos son buenos o malos. Los jugadores eligen Horda o Alianza, y son sus propios caminos los que hacen que sean buenos o malos. Pero la forma en la que está desarrollado en la película no da indicios de empatizar con el personaje. Quiere salvar a su pueblo de otra destrucción, vale, pero trabaja más el aspecto emocional con más tiempo, no des por supuesto que todo el mundo puede conocer la historia de estos personajes. Que, además, aburre en muchos momentos.
Y es que parece que Warcraft: El origen ha tenido mucha “tijera”. Se nota que no está bien montada. Hay planos sueltos que no aportan nada, momentos de tensión cortados por una transición o pasamos de una localización a otra en un segundo. Algunas conversaciones parece que no han llegado a su final, pero se cortan. Hay muchos huecos vacíos en Warcraft: El origen, huecos que lo más seguro es que se arreglen en una hipotética versión extendida de la misma. Será en ese momento cuando sepamos si Warcraft: El origen, a la hora de llegar a las salas ha sido la película de Duncan Jones o la película de Universal. Pero para eso aún quedan unos cuantos meses. En cuanto al tema digital la verdad es que luce de maravilla. Sobre todo, los personajes principales. Durotan, Orgrim o Puño Negro parecen reales, pero cuando toca poner a toda una Horda en acción, sí que parece un videojuego. Aun así, está conseguido.
Warcraft: El origen es una decepción muy grande. Eran muchas las esperanzas puestas en Duncan Jones, pero ha fallado. Un guion que hace aguas desde el principio hace que no disfrutemos de una película que, si ha sabido captar la idea de World of Warcraft, pero que no ha sabido al final plasmarlo. Han querido contar mucho en poco tiempo, y eso no es bueno. El final deja la posibilidad de la secuela, que no sé yo si llegará a buen puerto. Esta Warcraft: El origen es una mala película.
Lo mejor: Han captado la esencia de World of Warcraft.
Lo peor: El guion y el montaje de la película. Aburre.
Puntuación: 2/10