Wallace y Gromit: La venganza se sirve con plumas es una nueva entrega de las aventuras del dúo más querido de la animación stop-motion que no decepciona en absoluto, es más, consigue que todavía se tenga fe en la animación clásica y en Aardman, quienes nunca decepcionan. La película conserva el humor absurdo y visualmente hilarante que caracteriza a la franquicia, con gags ingeniosos que van desde las expresiones faciales de Gromit hasta las extravagantes invenciones de Wallace, a cada cual más disparatada que la anterior. Cada escena está repleta de una infinidad de detalles cómicos que hará que queramos ver la película más de una vez para quedarnos con todos y cada uno de los guiños que tiene a la saga y seguir riéndonos con este duo. Wallace y Gromit: La venganza se sirve con plumas es otra obra maestra de Aardman.
Más allá de la comedia, el guion de Wallace y Gromit: La venganza se sirve con plumas demuestra una gran inteligencia y no tratar al espectador como idiota. La trama, que involucra a un robot jardinero con inteligencia artificial, llamado Norbot, y a un antiguo enemigo del dúo, funciona como una sátira sutil de nuestra creciente dependencia de la tecnología y de la inteligencia artificial en particular, de la que parece que no sabemos hacer algo si no es pasando antes por dicha inteligencia. La película plantea preguntas interesantes sobre los límites de la inteligencia artificial y los peligros de confiar ciegamente en las máquinas cosa, que al final, seguramente nos termine pasando factura y volver a lo analógico puede ser algo sensato.
Aunque el tema de la tecnología es lo principal, dentro de los temas de la cinta, la película también aborda temas más profundos como la amistad, la lealtad y la importancia de mantener la creatividad viva. La relación entre Wallace y Gromit es el corazón de la historia, como siempre en sus películas, y consiguen mantener en un puño a todos aquellos que nos apasiona este dúo tan divertido. Gromit, como siempre, es quien tiene más la cabeza en la tierra y Wallace, como es habitual, es una persona que se deja llevar por infinidad de emociones y es mucho más inocente. Visualmente, la película es una delicia. La animación stop-motion es impecable, con cada cuadro cuidadosamente elaborado. Los escenarios son detallados y llenos de vida, y los personajes están diseñados con un gran cariño.
Lo que es increíble es como Aardman se superan cada vez más al exponer elementos humorísticos únicos. El tramo final de la cinta es de una imaginación y de una maestría increíble, uniendo gag tras gag y conseguir que funcionen todos y cada uno de ellos. En resumen, Wallace y Gromit: La venganza se sirve con plumas es una película realmente increíble y que demuestra que Aardman solo sabe hacer obras maestras con su particular humor y su forma de animar. Su humor inteligente, su guion bien elaborado y su cuidada animación la convierten en una de las mejores entregas de la saga. Es una película que nos hace reír, pensar y disfrutar de la magia del cine de animación.