Una las cintas más laureadas de este atípico año está siendo Una joven prometedora, debut en el mundo del largometraje de la creadora de la famosísima serie Killing Eve: Emerald Fennell, quien a su vez a ejercido de actriz en cintas como La chica danesa o la prestigiosa serie The Crown. Una joven prometedora viene acompañada de una gran campaña publicitaria que exagera en exceso el producto que es. Ni es tan original como se nos está vendiendo ni es la gran revolución que parece estar ofertando. La actriz inglesa Carey Mulligan (La excavación) encabeza (y lidera) un reparto plagado de grandes secundarios donde destacan Clancy Brown (Cadena perpetua), Alfred Molina (Frida) o Jennifer Coolidge (American Pie).
Algo ocurrió en el pasado que la protagonista de esta historia ha decidido tomarse la justicia por su cuenta. Por las mañanas trabaja en un “aburrida” cafetería y por las noches se convierte un “ángel” exterminador. Así podemos resumir el argumento de esta venganza a ritmo de canciones de las Spice Girls o Britney Spears. En algunos momentos puede recordar al díptico de Kill Bill, pero esta pretende alardear de ser parte del momento que estamos viviendo. El guion es terriblemente previsible, sobre todo cuando estás machacando al enemigo de la protagonista, podemos entrever que nadie está a salvo. Y cuando llegas al final hay dos posibles caminos pero que va a parar al mismo resultado, y que desde el primer acto se puede llegar a descubrir. Tampoco ayuda que todos los personajes de la cinta, menos la protagonista, parezcan bobos o que les faltan más de una neurona. Quizá es que la comedia se apodera de la historia más de lo necesario.
Pero mientras que la historia se puede desmontar alegremente, la dirección de Fennell (quien también firma el guion) es bastante precisa. Sabe perfectamente cómo jugar con el fuera de campo (ese video que nunca llegamos a ver, pero si a oír) y le encanta recrearse en una estética cercana al cómic perfectamente conjugada con el vestuario de la protagonista. Igual que la elección de temas que componen la banda sonora y que entroncan perfectamente con las imágenes. Esa llegada de la protagonista a la cabaña al ritmo de una versión oscuro del Toxic de Britney Spears, es algo que será recordado durante mucho tiempo.
Una joven prometedora es Carey Mulligan. Ella está prácticamente en todos los fotogramas de la cinta. Resulta más creíble cuando va «dando caña» que cuando se pone romántica. Y rodeada de un elenco de jóvenes actores que son poco más que caras bonitas como Bo Burnham (Una noche fuera de control), es normal que destaque por encima de todos ellos. Como apuntaba en el primer párrafo, la breve pero intensa participación de Molina o Brown, le da empaque al resultado pero sin eclipsar en ningún momento a la verdadera protagonista de la cinta: Mulligan.
En resumen, Una joven prometedora es una cinta muy deudora del movimiento “Me too” y no trata de ocultar su mensaje, algo previsible desde su prólogo y créditos iniciales. Asombra la buena acogida general que está teniendo cuando cintas laureadas y criticadas a partes iguales como Shakespeare in Love (Shakespeare enamorado) si que dieron la sorpresa en un momento con su trasfondo, y todo ello orquestado por el irresponsable productor que dio lugar a todo este movimiento.
Lo mejor: La dirección de Emerald Fennell.
Lo peor: El guion de Emerald Fennell.
Puntuación: 4/10