Hay una cosa que Un monstruo viene a verme hace perfecto: emocionar sin necesidad de forzar nada. Siempre se ha acusado a J.A. Bayona (Lo imposible) de realizar películas en donde forzaba al espectador a llorar viendo la película, que los sentimientos no fluyesen de dentro, sino que el director convertía esa sensación en un artificio para forzar a emocionarse con lo que se está viendo. Pero Un monstruo viene a verme no es de esas. No es de esas porque la historia es de esas que hacen florecer los sentimientos de manera natural, llevan al espectador por un camino que, en mayor o menos medida, conoce. Y en su punto más álgido los sentimientos hacen emocionarse a quien ve la película. Y aunque se pueda acusar de un uso de la música que ayuda a florecer esos sentimientos, lo cierto es que no estorba para nada. Un monstruo viene a verme es lo mejor que ha realizado J.A. Bayona hasta la fecha.
Un monstruo viene a verme, aunque a la gente le cueste creerlo, no es una película de terror. Es un drama familiar que, seguramente, toque la fibra a más de uno por ser algo realmente verídico y que se da en muchos momentos. Es la historia de un niño y una madre, con una enfermedad, y es adentrarse en la madurez de la infancia a través de un trágico suceso. Es también una historia de superar lo miedos, de saber respetar y de entender que la vida no es sencilla. Un monstruo viene a verme se va adentrando en uno poco a poco, al mismo tiempo que se entienden las historias que el monstruo le cuenta a Connor O’Malley. Historias que van contando, en forma de cuento animado realmente espectacular, el sentimiento con el que Connor va afrontando los momentos más duros. Desde querer alejarse de su abuela, a quien cree la malvada, hasta ser un hombre invisible a los ojos de los demás.
Y es que Un monstruo viene a verme también juega con los monstruos interiores, esos que solo surgen en momentos de defensa personal, esos que vienen a nosotros para defendernos y hacer que todo lo malo se vaya. Porque los monstruos no tienen por qué ser siempre malvados, también pueden ser un apoyo, una ayuda y el único modo de seguir adelante. Y todo esto lo recoge Patrick Ness de la mejor manera. Patrick Ness es el autor de la novela original y que ha escrito el guion de la película. Quien mejor que él para saber por dónde llevar la historia, la relación de los personajes y que partes de su novela son realmente omisibles en su paso al cine. Y es un guion, como he dicho al inicio, nada manipulador en cuanto a tocar la fibra sensible. El camino que sigue es el de poco a poco calarte, que la historia de atrape y sea uno mismo quien deje florecer esos sentimientos o a ese monstruo que nos hace defendernos de mostrar los sentimientos al exterior.
Y un guion así, tan bien hilado, solo serían capaces de llevarlo a buen puerto directores que en estos terrenos fueran únicos. Y J.A. Bayona es muy bueno. El director catalán realiza, quizás, su trabajo más personal y emotivo de verdad hasta la fecha. También es su mejor trabajo en cuento a espectacularidad visual se refiere, pues todos sabemos que detrás de las cámaras es uno de los mejores directores españoles de los últimos años. Con Un monstruo viene a verme, Bayona, no solo ha dado un paso cualitativo en su carrera, sino que ha demostrado a todos esos que le acusan de forzar los sentimientos, que también puede conducirlos por un sendero natural, sin forzar. Y todo esto con la mejor partitura que Fernando Velázquez (Gernika) le ha regalado a Bayona en sus películas. Y todo esto junto a las interpretaciones de Lewis MacDougall, Felicity Jones (La teoría del todo), Sigourney Weaver (Cazafantasmas), Toby Kebbell (Warcraft: El origen) y Liam Neeson (Una noche para sobrevivir), poniendo voz y movimientos al monstruo, hacen que la cinta tenga una calidad enorme.
Quizás falle algo en su epílogo, un epílogo en donde se puede interpretar un cierre algo menos natural de lo que en la novela se ve, y más un final que tira de lo sentimental, intentando dar cordura a toda la historia del monstruo y a las historias que cuenta a Connor. Pero obviando esto, la cinta tiene tantos alicientes para entusiasmar a todo el mundo que es difícil no resistirse a sus encantos. Un monstruo viene a verme son emociones, son sentimientos y son todos esos momentos que en algún momento de la vida todos hemos vivido. Es una película prodigiosa y, sinceramente, necesaria.
Lo mejor: El guion, la dirección, las actuaciones y el conseguir emocionar sin forzar.
Lo peor: Su epílogo.
Puntuación: 9/10