Tras conseguir varios Donatello (Premios de la academia de cine italiana), incluyendo mejor guión y mejor música, llega a nuestras pantallas la nueva película de Paolo Sorrentino (Il divo), protagonizada por Sean Penn, quien nos brinda otra actuación memorable de un personaje inolvidable.
Una ex estrella de rock que vive en la abundancia y en su propio mundo/nube, recibe la noticia de que su padre ha fallecido y deberá regresar a los Estados Unidos. Allí descubrirá la obsesión de su padre y deberá enfrentarse al viaje de su vida. Todo esto aderezado con los personajes más raros que podamos imaginar, desde una esposa bombero hasta un judío caza nazis. Sin duda merecido el premio al mejor guión.
La realización de la película es espectacular, quizá un poco pedante para las nuevas generaciones, pero podemos decir que Sorrentino compone planos muy bellos y oníricos que combinan muy bien un argumento tan marciano. Puede recordar a David Lynch y Una historia verdadera, pero quizá se acerque más a la primera época de Gus Van Sant y en especial a Mi Idaho privado. Con esta última, aparte de la road movie, también comparte ciertos planos de la parte central de EE. UU. que evocan a sueños o imaginaciones. Dentro del film también hay que señalar el espectacular plano secuencia que envuelve una actuación de David Byrne, miembro fundador y compositor de la banda Talking Heads, que aquí ha compuesto también la banda sonora.
La película es más europea que otra cosa, pero luce como el buen cine independiente americano, y ese, junto con la estupenda selección musical, es otro punto a favor de esta arriesgada apuesta. También ha cosechado premio a mejor montaje y fotografía, por que estamos ante una película muy cuidada.
Sin lugar a dudas la película es Sean Penn (Mystic River), quien vuelve a componer un personaje entrañable y sorprendente en el cual recae todo el peso de la película. Penn interpreta con carisma a un músico de esos que no se preocupan por nada, que viven sin saber lo que ocurre a su alrededor, es como un niño grande. Le acompaña la magistral Frances McDormand (Fargo) como su esposa, la única de todo el elenco que es capaz de hacerle un poquito de sombra.
En resumen, estamos ante una cinta simpática a la par que rara, pero no rara de no entenderse, sino rara de las situaciones en las que derivan los estrafalarios personajes que se pasean por ella. Sin duda una sorpresa que hará las delicias del publico más intelectual.
Lo mejor: Sean Penn, y el plano secuencia de la actuación de David Byrne.
Lo peor: El segundo acto es un poco repetitivo.
Puntuación: 8/10
Estupenda y maravillosa critica! La tengo reciente! y comparto ese 8/10 ! Ahora los Talking Heads resuenan en mi cabeza todo el día