Un día perfecto para volar es esa película que dura 70 minutos pero que al salir de la proyección parece que han pasado más de 3 horas. Es dura. Dura en el sentido de que la cinta se hace tortuosa a medida que va a avanzando, va aburriendo y termina siendo algo somnoliento. Marc Recha intenta dar la clave con una historia sencilla y natural que realmente no sabes muy bien por donde cogerla. Diálogos, diálogos y un giro final digno de M. Night Shyamalan (La visita) hacen de esta Un día perfecto para volar una especie de broma. Quizás solamente un gran Sergi López (Un día perfecto) hacen que quizás la cinta sea menos pesada, pero ni con esas. Marc Recha se cae con todo el equipo.
Un día perfecto para volar se puede resumir en: un niño vuela una cometa mientras habla con un hombre que le cuenta cosas. Eso sería básicamente el argumento de la cinta. Y durante 69 minutos es así, pero el giro a falta de un minuto para el final cambia por sentido la historia y parece que todo lo que hemos visto es una especie de broma de mal gusto que simplemente nos ha ido metiendo ideas equivocadas en la cabeza. Marc Recha juega a ser Shyamalan en su tramo final, al igual que en la mayoría de sus película, pero Shyamalan te ha ido introduciendo poco a poco en su juego, Recha directamente te lo lanza y cógelo como puedas. Y eso así no es.
Al final, una película puede ser una obra maestra o una mala película, pero siempre considero que se tiene que ser respetuoso con el espectador, nunca medio engañarle ocultando todas tus cartas hasta el final. Marc Recha te mete su historia y te aburre con ella. Esto último dependiendo de cómo te tomes la película, pero si una cinta es un hombre hablando con un niño sin parar y sin que ocurra nada, mal. Pero aburre. El ritmo intimista y natural de Recha no aguantan las acometidas de un público, previsiblemente, exigente. Y Recha, en mi opinión, se pasa de listo. Y lo hace en ese minuto final donde todo cambia y radicalmente cambia el registro de la cinta, el tono y el mensaje, dejando al espectador con la cara de tonto que se queda, al sentir que todo lo que ha visto es una tomadura de pelo.
En ese sentido se podría aplaudir a Recha por haberlo hecho. Pero no es el caso. Se puede medio intuir su final, pero no da detalles de ello, por lo que todo cabrea aún más cuando ves ese final. La suerte que tiene Recha es que Sergi López tiene unos galones enormes y sabe mantener el tipo en una película de estas características. Y él lo consigue. Del niño se puede decir que es naturalidad pura, parece que no sobreactúa y que se encuentra muy a gusto. Un día perfecto para volar es, en mi opinión, una tomadura de pelo. No consigue convencer son su discurso, ni con el mensaje que intenta mandar al final de la misma. Una decepción enorme.
Lo mejor: Sergi López.
Lo peor: Se siente como una tomadura de pelo.
Puntuación: 1/10
¡Je! Creo que es la puntuación más baja que he visto en esta página.
Ahí te dejo la más baja:
http://cineycomedia.com/critica-holmes-watson-madrid-days/