Casi todos los personajes que han salido de la mente de Hanna-Barbera tienen un hueco en el corazón de aquella generación y de quienes vinieron después. Desde hace unos años, esos personajes han quedado relegados a recopilatorios o prácticamente no se sabe nada de ellos. Pero Warner Bros y Warner Bros Animation han decidido que las generaciones actuales también tienen que conocer, reír y aplaudir con aquellos personajes. Así tenemos entre nosotros la adaptación de Tom y Jerry a imagen real con mezcla de personajes en animación. ¿El resultado es bueno o malo? Bueno, Tom y Jerry es una película que no engaña a nadie, da lo que siempre han dado estos personajes y agradará a las familias que quieran pasar cien minutos olvidándose de todo, disfrutando junto a los más pequeños de estos personajes. Tim Story (Los cuatro fantásticos) dirige una cinta que no tiene más pretensión que entretener y rendirles homenaje a estos personajes. El resultado es una cinta resultona, que se disfruta en su visionado pero que cuando sales de la sala has olvidado el sesenta por ciento de ella. Aún así su cometido de no aburrir durante sus cien minutos lo cumple con creces.
En esta nueva historia de desencuentros entre Tom y Jerry, ambos acabarán persiguiéndose en uno de los hoteles más lujosos de Nueva York que ese fin de semana celebrará la boda más importante del año. En ese hotel también se encuentra Kayla, una chica que busca su lugar en Nueva York, y que ha suplantado la identidad de una persona para tener ella un puesto de trabajo en aquel hotel. Los tres tendrán que terminar trabajando juntos para que todo lo que buscan salga bien. Como buena película infantil, la cinta está llena de mensajes como que el trabajo en equipo es fundamental, que el amor tiene que demostrarse día a día y no en fechas señaladas, no engañar o no tener envidia ni celos. Todos estos mensajes se van lanzando poco a poco dentro de la historia para ir calando. Quizás alguno esté mejor integrado que otros, ya que muchos mensajes quedan obsoletos o hay frases que huelen un poco a naftalina: “Te he comprado ese pedrusco como muestra de mi amor”. La integración de la imagen real y la animación está conseguida con creces, pero hay ciertos momentos donde se nota demasiado que no se ha integrado del todo y es antinatural o queda regular. Han pasado años, pero Space Jam y ¿Quién engañó a Roger Rabbit? siguen teniendo de las mejores integraciones entre actores reales y animación.
Tom y Jerry son los reyes de la función y siempre que están persiguiéndose es, sin duda alguna, lo mejor de la película. En especial cuando hacen homenajes a películas clásicas de todo tipo. En sus persecuciones hay ingenio, hay diversión y nos hace recordar aquellos años de infancia donde estábamos sumidos en la televisión viendo a estos personajes y al resto de Hanna-Barbera. Y en cuanto a los actores de carne y hueso, cumplen. Chloë Grace Moretz, que apuntaba a ser una de las grandes estrellas tras sorprender en Kick-Ass, cumple sin más y tiene un carisma que consigue convencer con su actuación. Junto a ella está Michael Peña, secundario de lujo, que cambia un poco de registro y le sienta un poco regular, porque no parece el Michael Peña que conocemos ya que no se siente del todo cómodo dentro del papel que tiene y eso se nota. El resto de los personajes cumplen sin más, no hay ninguno que destaque por encima del resto, pero aún así no desentonan. Y la dirección de Tim Story también es resultona y no busca nada más que ofrecer un entretenimiento.
En definitiva, Tom y Jerry es un entretenimiento que solo busca que el espectador pase un buen rato sin nada más. En esos cien minutos consigue no aburrir y al salir de la sala puede que se olvide, pero al menos ha conseguido tenerte con una sonrisa en la cara y en los tiempos que corren eso es algo de agradecer. La integración digital con la acción real está conseguida, aunque chirria en algunos momentos. Aún así, si quieres ir al cine para pasarlo bien sin más pretensiones que divertirte, Tom y Jerry es tu película.