Vuelve el director y guionista alabado por muchos y detestado por otros. Vuelve el director indio afincado en Filadelfia. Vuelve M. Night Shyamalan (Glass (Cristal)). Vuelve con Tiempo, una película donde él mismo ha adaptado la novela gráfica Castillo de arena de Frederik Peeters y Pierre Oscar Lévy. Tiempo es una cinta inquietante, que a pesar de su ritmo pausado no da tregua al espectador. No es un producto perfecto ni es la obra cumbre de su director, pero es una de las propuestas más interesantes de esta temporada. Gael García Bernal (Aquí en la tierra), Vicky Krieps (Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte) y Rufus Sewell (El padre) son algunos de sus protagonistas.
Varios personajes se aventuran a pasar el día en una playa paradisiaca. Al llegar allí verán como cada 30 minutos que pasan, envejecen un año aproximadamente. Mientras intentan buscar una salida, la playa les podrá a prueba. Este es básicamente la trama de Tiempo. Una trama que nace de una novela gráfica cuya conclusión se intuye pero no esta tan desarrollada como en el guión de Shyamalan. Este es el punto más flojo de esta historia. La necesidad de dar explicación a este drama que estamos viendo. Y sí, aunque la película tenga tintes de terror y sea bastante inquietante, Tiempo es un drama. Un drama sobre crecer, sobre sentirnos jóvenes al hacernos mayores, sobre no aprovechar el tiempo que nos queda, sobre no decir la cosas a tiempo, sobre la belleza y el culto al cuerpo, sobre no pedir perdón cuando tenemos que hacerlo… y donde la explicación al suceso es lo de menos. Todo está envuelto en un relato de misterio e intriga (rozando la ciencia ficción) parecido a los que semanalmente presentaban series como La dimensión desconocida o Cuentos asombrosos. Y un detalle más que tiene que ver con la vida y la muerte, en esa playa nos vamos a encontrar con un agente de seguros, un médico, un enfermero… y como siempre en la filmografía de M. uno de ellos es de Filadelfia.
La dirección de M. Night Shyamalan en Tiempo es parte fundamental del juego que propone. Estupendo manejo del formato scope (eso planos simétricos de él con una muñeca o ella con el robot de juguete), fascinante el uso del fuera campo (oímos cosas que nos vemos y ya se ponen los pelos de punta, mención especial para la estupenda labor de los mezcladores de sonido), y por supuesto las “set pieces” a las que el indio nos tiene acostumbrados, el momento tumor, el momento en la cueva, y el enfrentamiento final entre dos personajes. Shyamalan impregna toda la cinta de un ritmo pausado y lento pero que hace que el espectador vaya cardiaco, y eso es muy difícil de conseguir.
Dentro del reparto brillan con luz propia: Sewell, que da bastante mal rollo desde que sale en escena. Krieps quien lleva gran parte de la carga emocional de la película. Thomasin McKenzie (Jojo Rabbit), quien tiene dos momentos que con su mirada dice mucho más que con un contraplano (una vez más el fuera campo visto a través de los ojos de un personaje). Y Alex Wolff (Jumanji: Siguiente nivel), quien va camino de convertirse en todo un referente en el género, su momento acercándose de la mano de otro personaje hacia sus padres es sublime. Su cara transmite toda la felicidad de un crío de 6 años.
En resumen, Tiempo es un cinta asombrosa pero no apta para todos los paladares. Como suele ser habitual, Shyamalan nos propone un “juego” y si entramos al trapo pasaremos una de las experiencias más interesantes de la temporada. Si por el contrario no participamos en esa diversión Tiempo se nos hará cuesta arriba y frases como “Solo necesito un poco de tiempo” nos sonarán mal.
Lo mejor: El drama que se esconde bajo la cinta de terror.
Lo peor: Algunas frases del guión.
Puntuación: 8/10
* La película que intenta recordar un personaje en varias ocasiones es Missouri de Arthur Penn.