The tender bar: Bonita pero vacía

Cuando George Clooney estrenó Buenas noches y buena suerte, consiguió posicionarse como uno de los directores más para tener en cuenta, ya que consiguió convencer tanto a prensa como público. Intento seguir ese camino de éxito con Los idus de marzo, película más que competente, pero que se quedaba lejos de la anterior. Después de estas dos películas, su carrera como director ha ido dando tumbos hasta quedar casi en el olvido. Su última cinta, Cielo de medianoche, estrenada en Netflix, fue un fracaso. Ahora, en Amazon Prime, estrena The tender bar, una cinta que adapta las memorias de J.R. Moehringer, una cinta que respira clasicismo por todos sus costados y que cuenta una historia bonita, un coming of age de manual pero que está vacía en su contenido. Una cinta que podría haber sido mucho más, pero quiere contar todo tan deprisa que no termina por decidirse en lo que quiere hacer. Una lástima porque la historia es interesante, las interpretaciones están bien y hay un trasfondo que podría haberse explotado más. Aún así se deja ver sin problemas.

The tender bar cuenta la historia de J.R. Moehringer cuando era un chico que buscaba su lugar en el mundo. Con una vida criado por su familia materna, la figura de su tío, un camarero que regenta el bar Dickens, le hará ver que puede ser lo que quiera en la vida, y esa decisión le llevará a querer ser escritor. Lo más interesante de la película es como en el bar aparecen diferentes personajes que van a ir marcando la vida del pequeño J.R y que, en su caso, serán una especie de figura paterna la cual no ha tenido nunca. El bar Dickens se convierte en un centro donde conoceremos a cada uno de los personajes, las diferentes historias del pasado y donde J.R comenzará su andadura como escritor. Pero no todo es el bar Dickens, la acción se desarrolla en dos épocas, en los 70 y 80, y veremos como la madurez va llegando a nuestros protagonista. Es aquí cuando la cinta comienza a perderse, cuando la cinta quiere ir rápido contando cosas para quitarse cosas de encima. Mientras en sus primeros minutos vemos a cada personaje, cuando avanzamos de época, la acción se acelera y no da tiempo a describir ni ubicar a los personajes. Aparecen algunos que podrían ser importantes, pero se difuminan en dos escenas.

Y es que, con tanto cambio de época, la cosa no queda clara. Vemos a nuestro protagonista ir a estudiar a la universidad, ir a las fiestas y enamorarse. Y es aquí cuando aparecen esos personajes que no volverán a aparecer nunca más. Porque la película olvida sobre que quiere hablar, que no es otra cosa que seguir a tu corazón en lo que quieres hacer en la vida, hacer caso a tus instintos y poder dedicarte a eso que te hace feliz, eso que consigue llenar tu tiempo. The tender bar no quiere ser otra cosa, pero parece que quiere ir de muchas cosas, de hacerse mayor, del amor, de padres y madres… pero no termina de cuajar en ninguna salvo en la de hacer caso a eso que te gusta y quieres ser. Y es aquí cuando la presencia de Ben Affleck cobra algo de importancia, se convierte en ese guía espiritual que ayuda a Tye Sheridan a conseguir su objetivo, a llegar lejos y seguir sus propios pasos y no los que quieran otros que sigan. Es aquí cuando The tender bar interesa, lástima que, como he dicho antes, termine lastrando que no sabe muy bien por donde quiere tirar y que es lo que quiere contar de verdad.

The tender bar podría haber sido mucho mejor película de lo que termina siendo. Su arranque es muy bueno, pero cuando comienza a mezclar épocas, no sabe muy bien en que centrarse, si en el amor, si en sus inicios como escritor, si en el tío… no sabe realmente que quiere hacer y eso es lo que lastra a The tender bar, una cinta bonita pero vacía completamente por dentro.