Parece ser que en España empezamos a entender el concepto de hacer películas para entretener al público e intentar hacer algo de taquilla. The Pelayos es un claro ejemplo de este tipo de cine, un guion con muchos agujeros, pero sin embargo una película entretenida con una grata sorpresa: Miguel Ángel Silvestre (Sin tetas no hay paraíso).
Basándose en la verdadera historia de la familia Pelayo, aquellos que descubrieron un método para ganar en la ruleta a principios de los 90 y “reventaron” varios casinos, entre ellos el de Madrid, Cortés construye una historia muy cercana a la saga Ocean´s eleven, pero que se queda muy lejos de esta, pues hay muchos personajes en los que no se profundiza, no sabemos de donde vienen, ni a donde van. Esto pasa con los personajes de Marina Salas y Vicente Romero. La primera parece una artista invitada, y el segundo, esta interesante como actor, pero el personaje tiene muchas lagunas. Estos fallos de guion en cualquier producción americana serian obviados a favor de la taquilla, algo que deberíamos hacer si queremos disfrutar del entretenimiento que ofrece la cinta.
Eduard Cortés (La vida de nadie) a la hora de mover la cámara, nos entretiene con planos muy videocliperos, como aquellos de toda la familia corriendo y celebrando su victoria bajo la lluvia, y sabe solucionar bien las secuencias dentro del casino, con muchos efectos digitales. Pero indudablemente las comparaciones son odiosas y aquí hay que reprocharle que haya copiado en exceso a la saga que tiene a George Clooney de protagonista.
Un acierto en todo regla es el excelente casting, en general muy bien aprovechado. Lluís Homar (Eva) y Daniel Brühl (Malditos bastardos), crean un vínculo muy creíble entre padre e hijo. Oriol Vila (Todas las canciones hablan de mí) demuestra que va apuntado maneras; Vicente Romero (Carne de neón) está un poco desaprovechado, se ve que da para mucho más y aquí se le presta poca importancia. Pero la gran sorpresa de la cinta es Miguel Ángel Silvestre, quien nos muestra su cara más graciosa y simpática, convirtiéndose en el bufón de la cinta, y olvidándose un poco de su faceta de galán y tipo duro, que viene mostrando últimamente. Las chicas se quedan un poco en floreros, en el caso de Marina Salas (Tres metros sobre el cielo) y Blanca Suárez (La piel que habito), pues la verdadera protagonista femenina de la cinta es Hui Chi Chiu (El sueño de Iván), quien puede dejar indiferente a la audiencia debido a un papel un poco peliagudo. Mención especial merece el villano de la cinta, el inquietante Eduard Fernández (Alatriste), sin duda una gran replica para todos nuestros héroes.
En resumen, si lo que buscamos es un entretenimiento con momentos divertidos The Pelayos, es nuestra película. Tiene muchos defectos, pero también los tienen miles de películas americanas y siguen llenando las salas. Sería interesante darle una oportunidad, además lo que cuenta es un historia española, donde por suerte no hay guerra civil, ni miserias.
Lo mejor: Miguel Ángel Silvestre.
Lo peor: Los agujeros que tiene la historia.
Puntuación: 5/10