Tengo que ser sincero que, cuando se anunció que HBO iba a realizar una adaptación de The Last of Us, el miedo que me generó fue importante. Lo fue porque The Last of Us me ha marcado como pocas obras han conseguido hacerlo, pero rápidamente dejé de tener ese miedo cuando vi que Craig Mazin, showrunner de la imprescindible Chernobyl, y Neil Druckmann, creado, guionista y director de las dos entregas de The Last of Us para PlayStation, estaban dentro del proyecto confié más que nadie en que posiblemente estábamos ante la mejor adaptación de un videojuego al formato cine/series. Y después de ver los nueve episodios que tiene la primera temporada la afirmación es real. No solo estamos ante la mejor adaptación posible, sino que además han conseguido hacer que los fans de la obra tengamos sorpresas, tengamos debates sobre los cambios que han podido introducir y que disfrutemos de otra manera de una obra que ha marcado la historia de los videojuegos. Solo puedo pedir que, por favor, sea un éxito para poder ver una segunda temporada que adapte el tótem que supone The Last of Us: Parte II.
Adaptar The Last of Us era una tarea complicada. Más que nada porque el juego en si ya es una obra semi cinematográfica. Todo el juego está pensado como una película interactiva, con una historia muy profunda, dramática y que conseguirá tocar el corazón de todo aquel que se acerque a él. Por eso ver que es lo que hacían con la serie era lo primero que llamaba la atención, porque podían optar por adaptar el juego tal cual o adaptar en parte ese juego y hacer cosas nuevas. Al final han cogido algo de las dos cosas, han adaptado el primer juego fielmente, pero añadiendo pequeñas variantes que hacen mucho más interesante una historia ya de por si interesante. Y es que si algo muy bueno tiene The Last of Us es su historia. Una historia paterno filial donde sobrevivir es lo principal, pero saber perdonarse por el pasado y mirar hacia delante también tiene su importancia. Y a esta historia hay que ponerle unos personajes realmente increíbles, carismáticos y que consiguen que empatices con ellos en todo momento. Así es el viaje de Joel y Ellie para llegar al laboratorio de los luciérnagas e intentar salvar a la humanidad.
Y quien arquee la ceja después de ver los episodios es que, seguramente, pensaba que iban hacer todo tal cual el videojuego. Me alegra que han cogido los momentos más importantes que tiene el juego y le han añadido más profundidad, han sacrificado parte de la acción que tenía la historia para centrarse más en el drama de los personajes y la relación entre ellos, y por cambiar algunos pasajes del juego para que empaticemos más con la historia que nos están contando. Si es cierto que en mucho momentos pensé que era demasiado arriesgado centrarse en algo así, pues muchas veces el drama del juego viene por la acción, pero la forma en la que Neil Druckmann y Craig Mazin han sabido introducir todo lo nuevo y que la historia siga sintiéndose igual es maravillosos. La serie es cierto que va cogiendo velocidad de crucero tras el tercer episodio, pues después es una sucesión de capítulos que dejarán helados al personal que no sepa que está pasando y, para los que vienen del videojuego, será gratificante ver como han conseguido plasmar los momentos que todos tenemos en la memoria. Y la elección de los actores no ha podido ser mejor dándonos a un Pedro Pascal y una Bella Ramsay que consiguen convencer como Joel y Ellie.
Está primera temporada adapta el primer The Last of Us junto con su DLC, Left behind, por lo que es una historia cerrada y todo el mundo puede verla sin el miedo a pensar que puede que haya muchas temporadas más. HBO, Craig Mazin y Neil Druckmann han conseguido una adaptación increíble de un juego que ha marcado a muchos jugadores, un juego que me acompaña cada día. The Last of Us, para HBO, es la mejor adaptación que se podría haber hecho.