El cine de robos a lo grande siempre suelen triunfar entre el público, entre la crítica la cosa cambia. Y eso es lo que parece que quieren cambiar desde Francia con The Last Diamond, la nueva película de Yvan Attal (Do not disturb) y Bérénice Bejo (Populaire) que se ha convertido en el nuevo comodín del cine francés contemporáneo después de su éxito con The Artist. Y lo cierto es que The Last Diamond funciona perfectamente en más del 70% de su metraje, pero que tiene un tramo final más que mejorable.
The Last Diamond gira entorno al robo de uno de los últimos diamantes de Francia. Simon, un experto ladrón, se encarga de preparar todo el golpe involucrándose incluso personalmente con la heredera del diamante, Julia. Tras preparar el golpe y realizarlo, Simon se dará cuenta que no siempre se puede confiar en los que creías que eran tus leales compañeros. La película en su visionado recuerda en muchos momentos a lo visto en The Italian Job o, más concretamente, en Ocean´s Eleven: Un robo, un equipo de ex convictos expertos en robos y una víctima a la que ganarse para dar el golpe. Aquí el equipo no está tan remarcado como en la cinta de Steven Soderberg. Pero lo que es la planificación, la ejecución y todo lo relacionado con ello se parece mucho a lo visto en la cinta protagonizada por George Clooney. Pero en su tramo final la cinta pega un giro inesperado y termina resultando que estábamos viendo una especie de homenaje a Mission: Impossible.
Y es que estas especies de homenajes son las que perjudican a la película. El guión, aunque sólido, es algo que hemos visto en muchas ocasiones. Desde que comienza la cinta sabemos ya que nuestro protagonista conseguiría dar el golpe, cómo lo realizará y por supuesto como al final todo saldrá algo inesperado. Y es que The Last Diamond funciona bien, aunque el guión sea algo visto mil veces, hasta el golpe. Después la película parece que entra en otra dinámica que poco tiene que ver con lo que hemos visto durante casi 70 minutos de película. Pasamos de la intriga del golpe a la intriga por saber quién es el malo malísimo que no quiere que nuestro protagonista salga victorioso.
Eric Barbier (La serpiente), director de la cinta, se encuentra muy cómodo en la realización de la cinta. Destaca sobre todo en esos primeros 70 minutos donde tiene todo bajo control, pero que pierde un poco cuando la cinta cambia de tercio y se convierte en una especie de homenaje a Misión: Imposible. Los actores están muy notables, destacando a los anteriormente mencionado Yvan Attal y Bérénice Bejo. El primero es el ladrón y la segunda la robada. Ambos tienen buena química y mantienen la película en un punto medio alto.
En definitiva, The Last Diamond es una película bastante pasable que podría haber sido algo más si no hubiéramos visto su historia mil veces antes en la gran pantalla. Destaca el gusto por el homenaje a otras referencias cinematográficas aunque pierda en calidad en la comparación. Aún así es una película que no aburre y se deja ver con mucha facilidad.
Lo mejor: Sus primeros 70 minutos y la química entre los dos protagonistas.
Lo peor: Que su historia ya la hemos visto mil veces y el último tercio de la cinta, que no viene a cuento.
Puntuación: 6/10