The Grandmaster: Imponente poder visual

Seis largos años han pasado desde que el aclamado Wong Kar-Wai (2046) nos deleitará con su último largometraje, My Blueberry Nights. Esta vez el cineasta chino ha decidido cambiar radicalmente de temática para relatarnos los inicios del kung-fu. Caracterizada por su extenso tiempo de rodaje de casi cinco años, es su producción más cara hasta la fecha. Parece que todo gran director chino que se precie debe tener en su filmografía al menos una película sobre las artes marciales donde dar muestra de su talento y capacidad artística. Ya lo demostraron Ang Lee y su conocida Tigre y dragón o Zhang Yimou con sus magníficas Hero y La casa de las dagas voladoras. El director de Deseando Amar no podía ser menos y, diez años después de la irregular Ashes of Time, sorprende con su primera película biográfica sobre Ip Man, el hombre que entrenó a Bruce Lee. Ambientada en la China de los años 30, una época conflictiva y tumultuosa donde la división y la guerra estaban a la orden del día, es también el periodo más destacado de las artes marciales chinas.

Zhang Ziyi en The grandmaster

Zhang Ziyi en The grandmaster

La película fue la encargada de abrir el 63º Festival Internacional de Cine de Berlín en febrero de 2013, y fue acogida muy positivamente por la crítica. Son tres las versiones de la película que han visto la luz. La estrenada en China con 130 minutos, la presentada en el Festival de Berlín con 123, que es la que nos llega a las salas españolas y, por último, la de The Weinstein Company con 108. Los actores escogidos son Tony Leung (Juego sucio) y Zhang Ziyi (Memorias de una geisha),  dos de las caras más reconocidas del actual panorama chino. Ambos realizan un trabajo magnífico y digno de mención, aportando con sus personajes el realismo y la sensibilidad necesaria para que sintamos y nos emocionemos con una temática que nos es ajena y desconocida. The Grandmaster maravilla y fascina con un despliegue espectacular de medios, afianzando al director como uno de los grandes cineastas de nuestro tiempo. Su destreza para crear imágenes poderosas a través de la sencillez aquí es llevada hasta sus últimas consecuencias.

Tony Leung en The grandmaster

Tony Leung en The grandmaster

La imponente fuerza visual hace que la historia pase a un segundo plano. Debemos olvidar la forma tradicional de concebir el cine y dejarnos seducir por los maravillosos fotogramas. Las luchas no son representadas como un medio violento de alcanzar un objetivo, sino como la máxima expresión de un arte. El kung-fu es sólo el pretexto para plasmar los máximos escalafones de la belleza. Los decorados y vestuarios son deslumbrantes e impresionan hasta a la persona menos arraigada a la cultura oriental. Todo ello es coronado por una banda sonora preciosista y muy cuidada, acentuando ese tono delicado y soberbio. El poder de seducción de las imágenes es incalculable, aumentado por la presencia de la bella y delicada Gong Er (Zhang Ziyi). El verdadero motor de la película es su historia y evolución. Acostumbrada a interpretar personajes débiles y frágiles aquí se atreve con el papel de mujer segura y luchadora, arrebatando el protagonismo al resto de actores. Su capacidad de conquistar a la cámara hace que la historia se encuentre perdida cuando ella no aparece en escena, siendo uno de los principales defectos de la cinta.

Pero la verdadera imperfección de la nueva apuesta de Wong Kar-Wai es la incapacidad para fusionar técnica y narración. El gran reconocimiento y difusión de sus películas residía en su talento para reflejar sentimientos tan universales como el amor, los celos o la traición. Un cine para todos que rompía la brecha existente entre el mundo oriental y occidental. Éste cambio drástico de temática hace que sus seguidores nos sintamos desorientados pero con esperanza de encontrar una apasionante historia bajo las espectaculares luchas. Finalmente ésta resulta incompleta, confusa y difícil de seguir. El espectador va perdiendo interés a medida que avanza la trama, atribuido en parte a unos personajes secundarios prescindibles y mal trazados. El problema de base es el desconocimiento o poco interés que suscitan para la mayoría las artes marciales. Ahí es donde debe intervenir la competencia de un cineasta para hacer llegar al mundo uno de los artes más representativos de la cultura oriental. Y técnicamente The Grandmaster lo logra, argumentalmente falla.

Ficha artística y técnica

China y USA. Título original: Yi dai zong shi. Dirección: Wong Kar-wai. Interpretes: Tony Leung (Ip Man), Zhang Ziyi (Gong Er), Chen Chang (La Navaja), Qingxiang Wang (Gong Baosen), Tielong Shang (Jiang), Benshan Zhao (Lianshan Ding), Jin Zhang (Ma San). Guion: Wong Kar-wai, Xu Haofeng y Zou Jingzhi. Producción: Jacky Pang Yee Wah y Wong Kar-wai. Música: Shigeru Umebayashi. Fotografía: Philippe Le Sourd. Montaje: William Chang. Diseño de producción: William Chang. Vestuario: William Chang.

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