Spider Man: Homecoming: Diversión arácnida

Spider-Man siempre ha sido uno de los personajes más queridos, tanto en los cómics, como en la televisión y en el cine. Sus andaduras en los últimos años incluyen cinco películas, y entre ellas quizás la mejor: Spider-Man 2. Después de eso Marc Webb (The amazing Spider-man 2: El poder de Electro) intento darle otro toque al hombre araña, intento centrarse en su relación con Gwen Stacey y aquellos villanos que en las cintas de Sam Raimi no tuvieron tanto protagonismo. La cosa funcionó una vez, la segunda ya empezó a notarse que querían ser espectáculo por espectáculo. Pero ahora la cosa ha cambiado, Spider-Man: Homecoming intenta ir más allá al contarnos una historia sobre la identidad, sobre quien queremos ser la vida y como lo queremos. También habla de las consecuencias del poder y, como diría el tío Ben en las cintas de Raimi, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Tom Holland en Spider-Man: Homecoming

Tom Holland en Spider-Man: Homecoming

Pero dejando de lado al hombre arácnido en los últimos años, hay que decir que Spider-Man: Homecoming es la cinta más divertida del trepa muros. Han captado la esencia torpe del personaje, de siempre estar en el lugar menos indicado y de querer tener más protagonismo del que tiene. La cinta es una montaña rusa de diversión que nunca se detiene, en todo momento pasa algo dentro de ella. Incluso en los momentos con más calma la acción no se detiene, porque un diálogo está cargado con extra de tensión que hace que estemos atento a ello. También es un acierto empezar a incluirlo en la trama de Los Vengadores y, que el villano, se revele contra un sistema que beneficia a los ricos y menosprecie a los pobres. Y es que, en todo momento, Spider-Man: Homecoming intenta seguir la estela de las películas Marvel pero a la vez reírse un poco de ellas. Y es lo que hace bueno a este Spider-Man, que se toma así misma no demasiado en serio, lo que es Spider-Man, un chico que se toma todo un poco a la ligera.

Y es que eso se nota en una de las primeras secuencias de la cinta, cuando el joven Spider-Man enseña sus grabaciones a lo largo del tiempo como el trepa muros. Es desternillante y a la vez nos ayuda a situar a este personaje, que, aunque sea conocido, por ahora solo lo hemos visto en esta cinta al lado de Los Vengadores. Y es que esa forma que tienen de aunar comedia y seriedad es algo que hacen única a esta Spider-Man: Homecoming. Y, como he dicho antes, quizás sea la cinta que más se acerque al cómic original. Y todo esto no sería posible sin un elenco que pudiera dar vida a todo esto. Tom Holland (En el corazón del mar) arrebata cada escena en la que aparece. Es el Spider-Man que merecíamos y necesitábamos. Desde Tobey Maguire (El gran Gatsby), y sin menospreciar a Andrew Garfield (Silencio), esperábamos a este trepa muros y ya lo tenemos. Y Michael Keaton (Birdman) es el villano. Su buitre es grandioso en todos los aspectos y da, además, un toque de maestro al joven Peter Parker.

Michael Keaton en Spider-Man: Homecoming

Michael Keaton en Spider-Man: Homecoming

Spider-Man: Homecoming es, después de Spider-Man 2, la mejor cinta del trepa muros. La película dirigida, espectacularmente, por Jon Watts (Cop Car) es un homenaje al Spider Man del cómic y a todo su universo. Sabe unirse a Los Vengadores, pero sin depender de ellos. Es un entretenimiento de primer orden y una película realmente divertida. Si quieren combatir el calor veraniego, no lo dude, y vayan a ver Spider-Man: Homecoming. No se arrepentirán.

Lo mejor: Tom Holland, Michael Keaton y lo divertida que es.

Lo peor: Que en algún tramo pueda decaer un poco la acción.

Puntuación: 8/10

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