El director madrileño Roberto Santiago (El sueño de Iván) firma Sólo para dos, su séptima película, con Santi Millán (Rivales) y Martina Gusman (Elefante blanco) de protagonistas. Sólo para dos sigue la estela de anteriores cintas del autor, comedias con poca gracia o ninguna, aunque en este caso se han ido a rodar a Isla Margarita, paraje espectacular donde los haya, y del cual no sabe sacar ningún partido.
Un matrimonio dueño de un resort en una isla paradisiaca, especializado en la atención a parejas, deciden romper en plena temporada alta. A la ruptura se les unen un recién abandonado por vividor, un cantante casposo, una fan de este, y una joven compañera de trabajo mulata. Todo ellos forman un lío que resulta bastante predecible y aburrido. Se dan situaciones poco originales, mil veces vistas en otras películas, y con chiste de “todo a 100”. La cinta tiene momentos de vergüenza ajena como aquel donde Millán, tras pasar la noche en la playa, se despierta desnudo y huye de una panda de turistas, sin gracia alguna.
Roberto Santiago tras siete cintas sigue sin entusiasmarnos con su nula puesta en escena. Aquí teniendo un lugar tan maravilloso para rodar, mismo le da, no solo no sabe sacarlo partido, sino que se centra en los interiores y los exteriores bien podrían haber sido grabados en Tenerife o Formentera. Una pena
En Sólo para dos, únicamente podemos salvar la actuación de Antonio Garrido (Fin), un cantautor casposo, mujeriego, y vividor que se gana la vida versionando a Camilo Sesto, y que reclama su propia película ya. Para sorpresa del que escribe esta líneas, la gran revelación de ¡Atraco!, Nicolás Cabré, resulta insoportable y poco creíble. De los protagonistas mejor no hablamos, pues intentan arrancar risas y consiguen carcajadas, pero de la pena que dan.
En resumen, estamos ante otra producción que debería haber ido directamente a las estanterías de los videoclubs, y digo videoclubs pues parece una cinta más de los ochenta, de aquellas que eran tan malas que iban directamente de tapadillo a esos locales ahora casi inexistentes, y es que el chiste con la novela Cristal de fondo, hace que se descubra que tipo de cinta es.
Lo mejor: Antonio Garrido.
Lo peor: Es muy mala.
Puntuación: 2/10
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