Solo el fin del mundo: Histriónico Dolan

Recuerdo como hace unos años descubrí a Xavier Dolan (Mommy). Me compré sin haberla visto el bluray de Mommy, aquella película tan bien acogida en Cannes o San Sebastián. Recuerdo que me emocioné, que lloré y que aquella historia del amor materno filial me conmovió el corazón. Después seguí viendo sus anteriores obras como Yo maté a mi madre o Laurence Anyways han sido algunas de sus cintas. Y por eso, la espera hasta la llegada de su siguiente obra estaba siendo eterna. Y la decepción ha sido aún más grande. Solo el fin del mundo quiere abarcar tantos temas, quiere tener tantas capas y quiere ser más de lo que realmente debía ser. Con todo ello, Xavier Dolan no convence, es más aburre, y hace que nuestra cabeza quiera estallar con los gritos y la música a un nivel de volumen fuera de lo normal. Esperemos que esto sea un único bache en su prometedora carrera, pues tiene más talento del que se muestra aquí.

Nathalie Baye y Gaspard Ulliel en Solo el fin del mundo

Nathalie Baye y Gaspard Ulliel en Solo el fin del mundo

Teniendo en cuenta que es una adaptación teatral, la película parte de una idea que realmente me apasiona: Decirle a tu familia que te quedan pocos momentos con ellos hasta morir. Es un tema realmente complicado, lleno de matices y que se puede enfocar desde diferentes puntos. Dolan opta por el de la espera, por el de ver con que familia se encuentra nuestro protagonista. Y todo ello me gusta. Pero es entonces cuando llega a la casa y abren la boca. Cuando se juntan todos, la película se convierte en un gallinero en donde enterarte de lo que está pasando es bastante complicado, solo se oyen gritos, motivaciones que no se entienden de ciertos personajes y una relación entre ellos que es difícil de imaginar. Muchos de esos personajes están desaprovechados y su historia con nuestro protagonista está mal contada. Vale que a lo mejor Dolan lo que quiere es dejarnos a nosotros pensarlo, pero alguna ayuda no viene mal.

Entonces es cuando se pierde el factor sorpresa de su inicio, de su premisa, el de la revelación o el motivo de la película. Todo se vuelve brusco, con introducción de música en modo videoclip y de la historia pasada del protagonista. Nada interesa ya, y comienza a aburrir. Pero lo mejor es que el mejor Dolan se deja ver en su tramo final, donde deja quieta la cámara y deja que sean los personajes quienes se expresan, quienes dejan ver sus secretos y hacen que todo fluya. No son las ganas de Dolan de llamar la atención en algo que, sinceramente, no viene a cuento. Es por eso que el personaje clave de la cinta queda relegado al final en sus mejores momentos, ya que el resto de la película está recluida o sin que la hagan demasiado caso. Es este personaje, quien al final, con una mirada entiende todo. Sorprende ver realmente perdidos a Vincent Cassel (Mi amor), Lea Seydoux (Spectre) o a Marion Cotillard (Assassin’s Creed), pero hacen lo que pueden.

Marion Cotillard y Vincent Cassel en Solo el fin del mundo

Marion Cotillard y Vincent Cassel en Solo el fin del mundo

Xavier Dolan tenía entre manos una cinta realmente interesante para hacer algo grande, quizás una de sus mejores obras, pero no consigue conectar con nada por sus ganas de dejarse notar. Los personajes están a sus designios en lugar de dejarlos crecer y desarrollarse como es debido. La premisa interesa en sus primeros minutos, después todo se pierde en la nada. Aun así, en algún momento suelto, podemos comprobar que Dolan tiene detalles de pequeño genio. Pero Solo el fin del mundo es decepcionante.

Lo mejor: La parte final y la BSO.

Lo peor: Quiere ser tan trascendental que termina siendo nada.

Puntuación: 3/10

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