Sin rastro es una cinta que hace unos años hubiera sido relegada al formato domestico, ya fuera en soporte o en televisión, pero en los tiempos que corren y con una protagonista tan mona como Amanda Seyfried (In time), pues debemos sufrir el estreno en salas cinematográficas.
Sin rastro ya empieza siendo una película pesada, de esas donde a los escasos minutos de conocer a la protagonista te dan ganas de que alguien acabe con su sufrimiento, primero porque es insoportable como persona, y segundo por lo empezamos a darnos cuenta que lo que nos va a contar no nos va a llamar mucho la atención. Sin rastro cuenta la historia de una chica que vive obsesionada con que fue secuestra, y ahora ese secuestrador ha secuestrado a su hermana. La guionista Allison Burnett (Otoño en Nueva York) intenta durante los 94 minutos que dura la cinta hacernos dudar de si eso sucedió o no, y en caso de que fuera real, quien puede estar detrás de ambos secuestros.
El director brasileño Heitor Dhalia debuta en Hollywood con esta cinta y no podemos augurarle un futuro, pues la película intenta desconcertar para entretener al espectador, y no lo consigue, ya que secuencias como todas las idas y venidas de Amanda por la ciudad, parecen repetir elementos y llega el momento en que dejan de interesar, y el clímax final es simple y muy repetitivo también.
En una cinta donde nada funciona, los protagonistas tampoco son una excepción. A la ya insoportable Amanda Seyfried, antes citada, que nunca ha estado peor, se le unen viejas glorias como Wes Bentley (American beauty) en un papel que se puede borrar de la película, ya que no aporta nada, igual que su interpretación, y Jennifer Carpenter (Dexter) en un par de secuencias donde parece repetir todo el rato lo mismo.
En resumen, estamos ante una cinta que si no llega a ser por su protagonista seguramente nunca se hubiera hecho, y donde lo que se cuenta no es nuevo, y que como esta últimamente sucediendo, el malo sea uno que pasaba por allí no la ayuda en nada. Un despropósito.
Lo mejor: Seguramente los trailers o la publicidad que preceda a la película
Lo peor: Amanda Seyfried y Wes Bentley
Puntuación: 1/10