Sinceramente, las películas que tratan sobre personas convertidas en otro tipo de animal o en cualquier cosa que sirva para una redención final, me cansan. Son películas que hemos visto miles de veces, todas empiezan, se desarrollan y terminan igual con nuestro protagonista que sale victorioso o la redención se consigue. Siete vidas, este gato es un peligro es exactamente ese tipo de película familiar que tiene que seguir unas pautas establecidas y ser moralmente apta para todos, y para que todos salgan del cine con algo que pensar, una moralina que echa para atrás. Y a pesar de que la película no es más que una sucesión de gags (mal hilados) no aburre y se deja ver, pero aun así es una cinta que pasará sin pena ni gloria.
La película repite esquemas muy vistos, ricachón que únicamente piensa en su empresa, se olvida de todo lo relacionado con su familia, recibe un escarmiento al convertirse en un gato y tener que ganarse el derecho a ser de nuevo un ser humano. Ciertamente, el argumento y la historia no dan más de sí. Es así. Pero quizás la velocidad que tiene la cinta y su ritmo hacen que no caiga en el aburrimiento. También gracias a los toques de humor que tiene la cinta, que la verdad, en muchas ocasiones son muy graciosos. La película tira mucho de slapstick, de humor de golpes, y de ver gatos haciendo de gatos. Con esto quiero decir, que ponen en pantalla todas las cosas que hacen los gatos y, que, viéndolo en pantalla, hacen gracias. Pero no es suficiente.
No es suficiente porque también la película está muy orientada a los niños, claros consumidores de este tipo de películas que además van con moralina final. Ellos se lo pasarán genial con las cosas de la cinta, con las tonterías que se incluyen dentro y con como tratan la relación de toda la familia, haciendo que, quizás, el niño aprenda algo de ello. El resto seguramente no se aburran, pero tampoco disfrutarán demasiado de la cinta, pues el público, como he dicho, es el infantil. Aun así, los actores están luchando para sacar adelante la película. Así encontramos a Kevin Spacey (Elvis & Nixon), que es el padre de familia que se convierte en gato. Jennifer Garner (Feliz día de la madre), mujer que intenta sacar adelante su matrimonio. O a Christopher Walken (Eddie, el águila), que es el tendero de la tienda de gatos.
Siete vidas, este gato es un peligro es algo que pasa, se ve y se olvida. No aburre, pero es muy irregular y no aporta nada nuevo. La película sigue siendo lo mismo que hemos visto mil veces en películas parecidas. Aun así, seguramente la cinta pueda gustar a familias que vayan con niños a las salas, pues aún estamos en esa época veraniega y de niños sin colegios.
Lo mejor: No aburre.
Lo peor: Es lo mismo de siempre en este tipo de películas.
Puntuación: 4/10