Disney esta emperrada a toda costa en hacerse un hueco más grande en la taquilla asiática. Lo intentó con una versión en imagen real de un cuento clásico, Mulan (2020), más recientemente con una cinta de animación, Raya y el ultimo dragón, y ahora con un superhéroe de Marvel, Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos. El personaje creado por Steve Englehart y Jim Starlin debuta en la gran pantalla bajo la batuta del director Destin Daniel Cretton (Cuestión de justicia) y con el rostro del televisivo Simu Liu, al que acompañan la cómica Awkwafina (Jumanji: Siguiente nivel) y dos grandes figuras del cine oriental: Tony Leung (The Grandmaster) y Michelle Yeoh (Last Christmas).
Shang-Chi (Liu) es un vulgar aparcacoches en San Francisco que, junto a su amiga Katy (Awkwafina), disfruta de los pequeños placeres de la vida hasta que un día “su destino” se cruza en su camino. Para no revelar más sobre la trama, apuntar que nos encontramos ante una cinta de origen donde, tras un breve prologo, iremos conociendo el pasado del héroe poco a poco. Como suele hacer Marvel con sus personajes, ha cogido cosas de allí y de allá y adaptando el personaje a su universo cinematográfico. No, Fu Manchu no es su padre, pero si que es un tipo de armas tomar también, y si, hay más personajes del UCM paseándose por la cinta. También deja la puerta abierta a tramas conocidas en los comics y siembra semillas de lo que puede ser el gran acontecimiento o evento de la fase IV. Apuntar que como ya ocurrió con Black Panther y el publico afroamericano, Marvel a puesto el ojo en el publico asiático como objetivo principal. Pero esta no llega a las cotas de aquella, pues esta parece una cinta más de estar por casa, una película quizá más de plataforma que de sala de cine.
Y es que aunque Destin Daniel Cretton quiera rendir homenaje a las cintas Wuxia (artes marciales), y al cine de Jackie Chan, durante todo el metraje, la historia es la que es. Destin nos ofrece grandes momentos y secuencias de aplauso como la del autobús o la de edificio en Macao con la que continua. Pero conforme avanza la acción la cinta se hace algo extensa (ese último acto es excesivo) y las secuencias de acción empiezan empañarse de unos fondos virtuales poco creíbles. El clímax final da la sensación de mucha espectacularidad, pero no lo es, de hecho es bastante torpe e incluso recargado sin necesidad.
Mención especial para la partitura de Joel P West (El castillo de cristal), colaborador habitual del director, que nos presente una partitura que fusiona sonidos muy orientales (esos tambores son increíbles) con ritmos más actuales. No llega a cotas épicas pero se aproxima.
Si algo destaca por encima de todo en Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos es el actor Tony Leung. El actor de Juego sucio interpreta uno de los personajes más interesantes de la película y del UCM. Solo su presencia en cada escena que aparece llena la pantalla, es capaz de acongojarnos en las secuencias más intensas y conmovernos en las más dramáticas. Una pena que Simu Liu no tenga el carisma necesario para hacerle sombra. Tampoco ayuda Awkwafina repitiendo por enésima vez el papel de siempre. Yeoh, por su parte, cumple las expectativa.
En resumen, Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos no resulta novedosa, esta algo recargada, y convierte una historia sencilla (que hubiera funcionado de maravilla) en algo colosal, basto, y que pierde algo de fuerza en su tercer acto. Pero aún sí sigue un producto Marvel que intenta agradar al mayor número de espectadores y entretenerles, y ahí no se les puede criticar.
Lo mejor: Tony Leung.
Lo peor: El abuso de CGI en los fondos “animados”.
Puntuación: 5/10