Scream (2022): “recuela” de manual

A pesar de que el título use el del original y se le añada el año de estreno a modo de emular un remake del original de 1996, Scream (2022) es la quinta entrega de la saga. Y esto es así por que continua la historia que comenzó hace 26 años. Queda mucho más moderno (y tramposo) no usar el número 5 en el título pero la realidad es que el quinto capítulo de unas de las sagas de terror más rentables de la historia. La película está dedicada a Wes Craven (Pesadilla en Elm Street) director de las cuatro primeras películas de la saga y que aquí es homenajeado (en algunos momentos) por los directores Matt Bettinelli y OlpinTyler Gillett (ambos en Noche de bodas) contratados para insuflar sangre fresca al proyecto. Una pandilla de jóvenes rostros, más o menos conocidos, encabezados por Melissa Barrera (En un barrio de Nueva York) y Dylan Minnette (Por trece razones) se unen a los ya emblemáticos Neve Campbell (El rascacielos), Courteney Cox (De madres a hijas) y David Arquette (Nunca me han besado) para resolver una nueva ola de crímenes y desenmascarar a un/os nuevo/s asesino/s.

Sin revelar mucho de la historia sólo apuntaremos que el pueblo donde se narró la historia principal hace 26 años vuelve a sufrir otra ola de crímenes perpetrados por un asesino con la indumentaria de Ghostface. Al pueblo regresan los antiguos supervivientes para ayudar/adoctrinar a las nueva generaciones. Una vez más lo divertido de esta nueva entrega es el juego metafórico de lo que ocurre en las tendencias actuales de la industria cinematografía. Es decir, en el guión se ríen de “recuelas”, reboots, remakes, terror elevado y los fans tóxicos. Pero ahí también reside su problema, a pesar de reírse y criticar el problema, ellos mismo vuelven a usar la misma estructura de las anteriores cintas, por lo que la innovación, una vez más, se encuentra en los asesinatos y el nivel de sangre y puñaladas.

Y es que esta nueva entrega quizá sea la que más puñaladas tenga de toda la saga (hasta el momento) y el nivel de sangre también fluye a buen ritmo. Matt y Olpin no han reparado en sangre y hay “set pieces” muy curiosas, como ese asesinato a plena luz del día y el que le sigue, pero también tiene momentos muy bochornosos como ese ataque en un hospital donde únicamente solo hay un guarda jurado de guardia. Aunque estemos de acuerdo en que el comienzo, un claro homenaje a la cinta original, este rodado y editado de manera estupenda, conforme avanza el metraje son poco momentos los que terminarán llamando la atención del espectador más académico. En este aspecto se esperaba mucho más de estos realizadores que dejan el apartado de la dirección bastante irregular.

Y dentro del reparto, ocurre un poco lo mismo. Ninguna de estas estrellas emergentes tiene carisma a excepción de Jasmin Savoy Brown (Yellowjackets), que es la más divertida y Mikey Madison (Érase una vez en… Hollywood) que es la más sarcástica. Campbell, Cox y Arquette son personajes muy secundarios, a excepción del último que tiene alguna frase más que sus compañeras de fatigas. Quizá el punto más oscuro del reparto es lo insípida y sosa que resulta Barrera, la protagonista absoluta del este nuevo relato. Al igual que en muchas cintas actuales aquí también usan el CGI para rejuvenecer actores, y tampoco les sienta bien “ese filtro” a algunos intérpretes.

En resumen, Scream (2022) es una nueva entrega que tiene muchos defectos pero aún así resulta entretenida. Lo triste es que se dedique gran parte del metraje a mofarse (y criticar) ciertos elementos que ella misma decide repetir en vez de arriesgar como quizá sí hacen otros productos que, a priori, parece que van a mostrar más de lo mismo. Por citar uno que nos toca de cerca, pondré de ejemplo Jurassic World: El reino caído de J.A. Bayona, quien nos engañó con un primer acto muy parecido a la segunda entrega de Parque Jurásico, para luego llevarnos a una mansión y hacer lo que más le gusta, aterrar al espectador.

Lo mejor: Es divertida.

Lo peor: No arriesga en ningún momento.

Puntuación: 5/10