Ready Player One: Para vosotros, espectadores

Había una época en la que el cine se concebía como un espectáculo único en donde los espectadores íbamos a comer palomitas, olvidarnos de nuestros problemas y lo más importante, disfrutar. En los últimos años parece que esa premisa se ha ido difuminando bastante. Seguimos teniendo nuestra dosis de disfrute, pero el cine ha virado hacía un lado mucho más pausado, más concebido para mover conciencias y en donde al salir del cine todos estemos pensando que nos ha querido contar el director o directora. Incluso en las cintas de superhéroes parece que eso ha ido haciendo mella, y más desde la trilogía de El caballero oscuro. Pero por suerte, Steven Spielberg (Los archivos del pentágono) sigue entendiendo que, aunque realice cintas de calado histórico o que quiera mandar un mensaje, el cine sigue siendo un espectáculo de masas. Ready Player One es su regalo para todos aquellos cinéfilos que disfrutamos de películas palomiteras, sin pretensiones y que lo único que pretenden es entretener al público. Ready Player One es un hito cinematográfico que marcará un antes y un después en la industria. Y sino, tiempo al tiempo.

Tye Sheridan en Ready Player One

Tye Sheridan en Ready Player One

Ready Player One no es una película cualquiera. Podría haberlo sido en manos de otra persona, pero Steven Spielberg sabe mejor que nadie lo que es el cine espectáculo. No sólo cine espectáculo de inundar la pantalla de explosiones o acción sin sentido que hagan que la historia quede relegada a segundo plano. Él concibe este tipo de cine de otra manera, el de contar una historia en donde el espectáculo está supeditado a ello. Ready Player One podría haber sido una cinta de aventuras más, en donde las mil referencias a la cultura pop se fueran sucediendo una detrás de otra siendo el motor de la misma y sin dejar tiempo a que la historia se vaya desarrollando. Ready Player One cuenta una historia que no está muy lejos de hacerse realidad, en donde un MMORPG sea el lugar de la evasión de millones de personas y su vida virtual sea la que valga. En donde un genio de los videojuegos ha desaparecido y su fortuna caerá en las manos de aquel que consiga encontrar tres llaves escondidas por su mundo, y en donde las multinacionales no ven más allá del brillo del dinero.

Y Ready Player One tiene un mensaje claro: Volver a disfrutar de los videojuegos para aquello que fueron concebidos, jugar y disfrutar. Durante la película vemos en más de una ocasión mensajes, algunos un tanto indirectos, que critican la política que se lleva hoy en día en este sector, en donde los micro pagos están matando poco a poco la industria y, si quieres llegar lejos en los juegos, tienes que pagar. Vamos un pay to win. Sin estar basado en ningún juego, Ready Player One es la mejor adaptación que podemos encontrar en cines de los videojuegos: Twisted Metal mezclado con Burnout y Mario Kart, Resident Evil homenajeando un clásico del cine de terror o incluso un poco de League of Legends mezclado con World of Warcraft. Todo ello tiene cabida y nada desentona. No desentona porque todas las referencias están bien introducidas y en ningún momento entorpecen la trama, todas tienen su porqué y su momento. Incluso las que parece que se han introducido para hacer que la nostalgia salga a la luz tienen su motivo. Además, tiene un par de homenajes cinematográficos que harán que todos se levante y aplaudan.

Y es que nadie tiene el talento detrás de las cámaras como tiene Steven Spielberg. El Rey Midas de Hollywood vuelve a demostrar que no importa los años que pasen, que sigue teniendo la garra y las ganas de disfrutar de lo que más le gusta: El cine. Sólo él entiende este cine de entretenimiento como lo que es, entretenimiento puro y duro. Ready Player One puede tener mensaje, una lectura detrás o momentos que nos harán reflexionar, pero lo que de verdad importa aquí es pasarlo bien durante los 140 minutos de cinta, que se pasan volando. Y nadie consigue eso como Steven Spielberg. Además, rodearse de jóvenes promesas del cine y con clásicos de su filmografía es un acierto. Así, tenemos a Tye Sheridan (X-Men: Apocalipsis) dando vida a Parzival, a Olivia Cooke (Yo, él y Raquel) siendo Art3mis o Ben Mendelshon (Rogue One: Una historia de Star Wars), Simon Pegg (Star Tres: Más allá) y Mark Rylance (Dunkerque) siendo la nota con experiencia.

Parzival en Ready Player One

Parzival en Ready Player One

Y acompañando a todo esto, Alan Silvestri (Aliados). El compositor de clásicos como Regreso al Futuro, Forrest Gump o Náufrago, nos regala una banda sonora espectacular, en donde no solo se auto homenajea, sino que tiene libertad total para hacer lo que quiera. Además, una banda sonora así acompañada de clásicos como Jump, Wake me up before you go go, Take me out o You make my dreams hacen que la experiencia vaya en aumento en todo momento.

Ready Player One es un gusto para todos los sentidos. Visualmente apabullante, argumentalmente no se le puede pedir más y un homenaje a toda esa cultura pop que nos acompaña desde hace años. Aficionados a los videojuegos, al cine, a la literatura o la música la disfrutarán. Los que no sean aficionados a todo eso, la disfrutarán igual o más. Steven Spielberg vuelve a revolucionar el modelo de Blockbuster a través de esta Ready Player One. Una maravilla. Una obra maestra. Una de las mejores películas del año.

Lo mejor: Todo. Desde los personajes, los homenajes y la dirección de Steven Spielberg.

Lo peor: Que termine.

Puntuación: 10/10

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