Posesión Infernal: El despertar: Mamá tiene un mal día

De la mano del cineasta irlandés Lee Cronin (Bosque maldito) nos llega esta nueva entrega de la franquicia de Posesión infernal, el clásico del terror de los 80 de Sam Raimi (Doctor Strange en el multiverso de la locura), que produce junto sus socios habituales, el productor Robert Tapert (Xena, La princesa guerrera) y Bruce Campbell (El ejército de las tinieblas).

¿¿¿Y que tal funciona esta nueva entrega??? Buena pregunta. Vayamos por partes. Para los fans de la franquicia original, esta Posesión Infernal: El despertar es todo un deleite de referencias, fan service, detalles aquí y allá, todo aderezado con un genial cambio de escenario que proporciona al espectador toda una nueva serie de sorpresas, salvajadas y humor muy muy muy negro (en algún lugar leí que esta entrega carecía por completo de humor, y mucho me temo que no es así. Esto es Posesión infernal, y Posesión infernal es humor muy muy muy negro).

A pesar de ello, para el público más casual que no conoce el original o que nunca ha reparado en que existe la franquicia Posesión infernal, quizás esta película puede llegar a excederse en muchos momentos. Y es que Posesión Infernal: El despertar llega a romper muchos tabúes que habitualmente no vemos en el cine más comercial (aunque si sois fans de Stephen King seguro que sabéis a qué me refiero).

Sin embargo, una cosa llamativa de esta película es que a pesar de ser parte de la saga Posesión Infernal (y en todos sus aspectos funciona como cualquier entrega de la saga en forma y fondo) si que se nota una película más convencional en cuanto a su puesta en escena. Ojo, que esto no es algo necesariamente negativo. Si algo ha ido teniendo esta franquicia es que se ha respetado la personalidad de sus directores (desde el trabajo del propio Raimi en la trilogía original hasta el trabajo de Fede Álvarez en el remake de 2013, e incluso el de los directores de la serie Ash vs Evil Dead).

Recordemos que esta película se anunció como una película que iba a ser estrenada directamente en HBO Max (ahora Max a secas) y que fue tras sus pases de prueba que los ejecutivos de Warner Bros. se aventuraron a estrenarla en cines. Y es quizás ahí donde más se notan las (pocas) carencias de la película. Efectivamente se nota más como un producto de estudio frente a ese rollo más indie de sus entregas anteriores.

Eso sí, y sin desvelar nada del argumento, os aseguro que yo hacía años (y años) que no veía tanta sangre a la vez en pantalla. Y un punto a favor es el uso de efectos de maquillaje convencional para casi todos sus planos de efectos especiales. Tiene CGI, si. Pero está bien utilizado y salvo en contadas ocasiones, no se nota demasiado. Vamos, que hablando mal y pronto, la peli mola un huevo. Es muy disfrutona, gamberra y con un ritmo frenético. Sus 97 minutos de duración se pasan volando.

En resumen, Posesión Infernal: El despertar es la peli más “civilizada” de la franquicia, eso no quita que estemos ante todo un festival de sangre, humor muy muy negro y todo un torrente de imágenes frenéticas. RECOMENDABLE sin ninguna duda a todo fan del género. Y si no sois fans del horror pero queréis ver algo más salvaje… sin duda esta es vuestra película.

Lo mejor: El cambio de escenario y de premisa le ha sentado de maravilla a la franquicia.

Lo peor: Quizás que por primera vez Posesión Infernal ha sido domesticada por una “major”.

Puntuación: 8/10