Point break: Sin límites: Le llaman soso

Enésimo remake de una cinta que para muchos es un referente en el cine de acción de los años 90. Le llaman Bodhi (titulo españolísimo de la época) pasa a ser ahora Point break: Sin límites, donde al menos se mantiene el titulo original, pues el resto es más cercano a A todo gas que al clásico dirigido por Kathryn Bigelow (La noche más oscura) en 1991. Y no es de extrañar, pues detrás de la cámara encontramos a Ericson Core (Invencible), director de fotografía de aquella cinta protagonizada por Vin Diesel (El último cazador de brujas) y el malogrado Paul Walker (Brick Mansions). Toman el relevo de los personajes encarnados en 1991 por Patrick Swayze y Keanu Reeves, los sosos y aburridos Édgar Ramírez (Líbranos del mal) y Luke Bracey (Lo mejor de mí).

Luke Bracey en Point break: Sin límites

Luke Bracey en Point break: Sin límites

Johnny Utah (Bracey) es un “youtuber” deportista extremo que un día tiene un accidente, donde pierde a su mejor amigo, y decide alistarse en el FBI. Bodhi (Ramírez) es un venezolano con un pasado demasiado poético que quiere completar “las 8 pruebas de Osaki”, que vienen a ser unos motivos para recorrer el camino de la iluminación, asumiendo unos riesgos innecesarios como escalar sin cuerdas y protecciones o surfear en una tormenta milenaria. Si mueres eres grande, pero si sobrevives eres Dios (esa es más o menos la idea). El caso es que la banda de Bodhi son como unos hippies ecologistas donde roban para dárselo al pueblo. Y aquí es donde entra Utah (que no es su nombre real sino el de “youtuber”), quien se infiltra en la banda para desmantelarla, pero queda prendido de la figura del gurú venezolano. El argumento se ha adaptado bastante a los tiempos que corren actualmente, y del clásico de Bigelow solo quedan la esencia y los homenajes. Esta nueva versión es ridícula, se limita a unir secuencias de acción increíbles con frases lapidarias como “el mundo esta en llamas”, “esta no es mi vida es la tuya” o “nosotros vemos la verdad” para alcanzar las dos horas de metraje.

Quien sale bastante airoso de este pastiche es su director, Ericson Core, a quien se le atribuye el merito de hacernos creer que la acción es real. Apenas hay cromas en pantalla, todo lo que vemos resulta lo más real posible, y algunas escenas (aunque su justificación nos importe un pimiento) son espectaculares. El robo en el avión, el atraco al banco con motos, o la secuencia del descenso de la montaña haciendo snowboarding dan fe de ello. Sin duda un tipo a tener en cuenta en un futuro cercano. Como curiosidad, en los créditos finales al mismo tiempo que se muestran a los actores principales sobre escenas de riesgo, también se rotulan los nombres de los especialistas de dichas secuencias.

Édgar Ramírez en Point break: Sin límites

Édgar Ramírez en Point break: Sin límites

Como apuntaba en la introducción los dos personajes protagonistas tienen carisma cero. Da igual que se tiren por un acantilado que se batan en un duelo de miradas, sus expresiones artísticas son las mismas. También se dijo lo mismo de Swayze y Reeves en su día, pero quizá ambos con su chulería y estética resultaban algo más “molones”. En la línea de secundarios encontramos a la sosa y aburrida Teresa Palmer (Cut Bank), al que repite el papel de otras cintas, Delroy Lindo (60 segundos), y al que cobra un cheque y le da igual todo, Ray Winstone (Caza al asesino).

En resumen, Point break: Sin límites es un remake más, que no aporta nada nuevo salvo unas secuencias de deporte extremo muy bien elaboradas. No termina de funcionar como entretenimiento pues su guión no tiene ni pies ni cabeza (ahora somos hippies, ahora somos ladrones muy malos, ahora somos ecologistas…). Ni siquiera los momentos donde se rinde homenaje al clásico consiguen enganchar a los más longevos de la sala. Un desastre.

Lo mejor: Las secuencias de deporte extremo son espectaculares.

Lo peor: El guión y los actores.

Puntuación: 3/10

Ficha artística y técnica

USA, Alemania y China. Titulo original: Point break. Dirección: Ericson Core. Interpretes: Edgar Ramírez (Bodhi), Teresa Palmer (Samsara), Luke Bracey (Utah), Ray Winstone (Pappas), Delroy Lindo (Instructor Hall), Max Thieriot (Jeff), Nikolai Kinski (Pascal Al Fariq), Clemens Schick (Roach), Matias Varela (Grommet). Guion: Kurt Wimmer basado en la película de 1991. Producción: John Baldecchi, Broderick Johnson, Andrew A. Kosove, Chris Taylor, David Valdes y Kurt Wimmer. Música: Junkie XL. Fotografía: Ericson Core. Montaje: John Duffy, Gerald B. Greenberg y Thom Noble. Diseño de producción: Udo Kramer. Vestuario: Lisy Christl.

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