En 2010 llegó a nuestras carteleras Percy Jackson y el ladrón del rayo, primera entrega cinematográfica de las aventuras de este hijo humano del Dios Poseidón, que nació de la pluma de Rick Riordan. Contra todo pronóstico, la primer entrega cinematográfica no fue un gran éxito, llega a nuestra cartelera Percy Jackson y el mar de los monstruos, secuela cinematográfica basada en la segunda novela, donde se mantiene a casi todo el reparto original, pero esta vez en la silla de director no encontramos a Chris Columbus (Harry Potter y la piedra filosofal) sino al poco conocido Thor Freudenthal (El diario de Greg).
El universo de Percy Jackson ha llegado a extenderse a largo de cinco novelas escritas por Riordan y unos cuantos libros complementarios. Esta segunda entrega cinematográfica va más al grano ya que no hay que explicar el origen de los personajes principales. Percy se encuentra en el Campamento Mestizo (un campamento para semidioses) donde le dejamos al final de la primera entrega. Allí sobrevive día a día compitiendo contra los hijos de otros dioses, hasta que un día el árbol que protege el campamento de los humanos empieza a debilitarse debido a un ataque del archienemigo de Percy, Luke. Es por ello, que nuestro héroe se “embarcará” en otra aventura para recuperar un manto que ayude a revivir a dicho árbol (un árbol donde hay una niña que se sacrificó hace años… lo cuentan en el prologo de la película). La historia da mucha información en muy poco tiempo, algo que puede saturar a los fans del personaje. Para el público menos puritano funciona bastante bien aunque no se haya visto la primera, puede que se pierden algún detalle, pero no es relevante. Está claro que es un entretenimiento sin más, si se le quieren sacar defectos, los tiene, pero como la acción es tan progresiva no da tiempo a fijarse.
Thor Freudenthal es un director que viene de hacer cine infantil, y aquí a pesar de tener unos seres que desprenden mucha violencia, la cinta sigue siendo muy light, igual que su predecesora. Freudenthal aporta mucho ritmo y ha sabido sacarla partido al formato tridimensional, pero no tiene ningún detalle que alabar, se ha limitado a cumplir con el producto y ya está. Hubiera dado igual que fuera él que otro quien se sentara en la silla de director.
Los efectos especiales son interesantes, pues tienen muchos seres mitológicos creados por ordenador, y a pesar de no ser perfectos, funcionan divinamente. El niño ciclope con el ojo digital, se nota artificial pero a larga nos funciona, no estamos constantemente pendiente de él. Y los monstruos, a pesar de ser increíbles, también funcionan.
Dentro del casting hay que hablar de la primera sustitución importante con respecto la primera entrega, el mentor de Percy, interpretado en la primera entrega por Pierce Brosnan (Amor es todo lo que necesitas) ha sido sustituido por Anthony Head (Ghost Rider: Espíritu de venganza). Es comprensible ya que en esta entrega el papel de dicho personaje es terciario, es decir, sale 10 minutos en proyección. Mantener al elenco principal es una garantía de éxito, Logan Lerman (Las ventajas de ser un marginado) esta correcto, pero se nota que está interesado en hacer otros papeles, Alexandra Daddario (Carta blanca) sigue igual de sosa que en la primera entrega, seguramente será la única que nunca abandone la franquicia, y Brandon T. Jackson (Esta abuela es mi padre), no es de extrañar que haya sido seleccionado para ser el hijo de Eddie Murphy en la serie de televisión de Superdetective en Hollywood, ya que es el roba planos de la cinta.
En resumen, Percy Jackson y el mar de los monstruos es una digna secuela, con mucho más ritmo que su predecesora, dirigida a un público juvenil. Al igual que la anterior entrega no pasara a la historia, pero aquellos que la vean pasaran un rato entretenido, nada más.
Lo mejor: A pesar del fracaso de la primera entrega se haya optado por dar un segunda oportunidad a un franquicia que tiene potencial.
Lo peor: Tiene un ritmo demasiado rápido y falta cierta profundidad en algunos momentos.
Puntuación: 5/10