El cine de ciencia ficción cada vez está algo más estancado en siempre lo mismo, por eso cuando llegan proyectos nuevos como La llegada, Bienvenidos al fin del mundo o Coherence, pues siempre nos alegramos. Por eso cuando lees la sinopsis de Passengers te esperas algo realmente potente y bueno. Algo que podría resultar original, innovador y divertido. Pero Passengers tiene un gran problema, no sabe arriesgar cuando debería y el giro de guion que pide a gritos nunca llega. La química entre Chris Pratt (Jurassic World) y Jenniger Lawrence (X-Men: Apocalipsis) es impresionante y la cinta no decae en ningún momento, manteniéndote entretenido las menos de dos horas de duración, pero la trama busca un camino fácil en lugar de dar un giro más oscuro y perturbador. A fin de cuentas, una de sus referencias más claras es El resplandor.
Passengers, a pesar de tener una idea original, bebe mucho de varios títulos. Como he dicho antes, El resplandor es uno de las películas de las que bebe, y la otra es Wall-E. Juntando estás dos películas sale Passengers. Pero desaprovecha la primera de todas. La película pedía a gritos un giro similar al de El resplandor, convertir la cinta de una aventura espacial a un thriller espacial, generando tensión y perturbación. Pero la decisión final ha sido la de hacer una historia convencional, desaprovechar todo esto y tirar hacía lo fácil. Además, sin querer entrar en spoilers, Passengers se niega a tratar un tema que cintas han tratado y han sido vapuleadas por ciertos sectores de la crítica como Elle, Paulina o Que Dios nos perdone. Y hasta aquí puedo decir.
Pero a pesar de que la película desaprovecha todo su potencial, entretiene que da gusto. Passengers se sustenta en la química de los dos protagonistas y en que su trama nunca llega a aburrir, a pesar de estar más manida que unas castañuelas. Morten Tyldum (The imitation game (Descifrando enigma)) consigue llevar la cinta perfectamente con muy pocos bajones de ritmo y con un desenlace frenético y con ciertos toques de tensión. Sabe hacer que la atención recaiga en su buena medida en cada personaje que vemos en pantalla y es que tanto Pratt como Lawrence son unos todo terrenos. Pratt pide a gritos más papeles así, pero que de vez en cuando se atrevan a convertirle en el malo de turno o que su personaje no sea un bonachón. Lawrence ya tiene todo ganado, ahora solo cabe esperar que termine con las sagas que tiene a medio terminar y que comience a escoger otros papeles. Y salen muchos más en pantalla, pero su tiempo se reduce a casi pequeños cameos que son mejor no desvelar. Pero su peso en la película es más bien nulo.
Passengers podría haber sido algo realmente bueno, realmente innovador y que consiguiera ser diferente…pero no. El miedo de querer realizar un giro brutal hacía una trama más oscura y poderosa no era su objetivo. El resultado no es del todo malo, salvado en parte por la química entre los dos personajes y que no aburre en ningún momento. Esperemos que en próximas oportunidades se decidan a llevar la cinta por el camino más perturbador.
Lo mejor: No aburre y la química entre los dos protagonistas.
Lo peor: No arriesga nada y no sabe aprovechar lo que tiene entre manos.
Puntuación: 5/10