Parpadea dos veces: La isla de las liberaciones

Si hace un par de temporadas una cineasta tan interesante como la actriz Olivia Wilde (Babylon) nos presentó una película de genero bastante reconfortante titulada No te preocupes, querida, ahora es la también actriz Zoë Kravitz (The Batman) quien debuta como directora (y firma parte del guion) con la sorprendente Parpadea dos veces. Una estupenda película de suspense, con cierto aire de fantasía, que sirve para revindicar el #MeToo en todo su esplendor. Un estupendo Channing Tatum (Deadpool y Lobezno) y una asombrosa Naomi Ackie (Whitney Houston: I wanna dance with somebody) encabezan un reparto plagado de estrellas como Adria Arjona (Hit Man. Asesino por casualidad), Kyle MacLachlan (Fallout) y Geena Davis (Ava), entre otras muchas.

Channing Tatum en Parpadea dos veces

Channing Tatum en Parpadea dos veces

Un magnate de la tecnología conoce a una camarera en una fiesta. Este la invita junto a unos amigos y amigas a una isla privada de su propiedad. Allí, entre comidas, jaranas y bebidas, algunos empezaran a olvidar lo hecho el día anterior. Esta es la premisa de Parpadea dos veces. No deben indagar más en el tema, ni buscar más información, para disfrutar de una historia muy entretenida, plaga de suspense, y con un tercer acto glorioso. La historia parece salida de un capitulo de En los limites de la realidad o, la más reciente, Black Mirror pero con un poso de protesta/reivindicación, algo que la hace aún más atrayente. Y para rematar este plagado de frases lapidarias tan sonoras como “El éxito es la mejor venganza”. Un libreto muy entretenido.

Kravitz sorprende con una dirección muy precisa apuntalada por un montaje muy picado en la mayoría de las escenas, impregnando a la cinta de un ritmo impecable que mantiene en suspense al espectador desde los primeros minutos. Pero por lo que será recordada Parpadea dos veces es por su brutal tercer acto, donde toda la violencia contenida en los dos anteriores explota de manera desmesurada y muy plausible, pues después del giro, es lo que el espectador esta esperando, y lo que este recibe. Sin lugar a dudas, la hija del cantante Lenny Kravitz y la actriz Lisa Bonet sabe muy bien lo que hace. Sabe crear una buena atmosfera con buenos planos general y primeros planos, y luego jugar con los pequeños detalles, con insertos de elementos que juegan o van a jugar algo en la trama principal, para mantener la atención del espectador constantemente en la pantalla.

Naomi Ackie en Parpadea dos veces

Naomi Ackie en Parpadea dos veces

Tatum está fabuloso como el magnate de la tecnología Slater King, un personaje que recuerda mucho a figuras actuales como los empresarios Elon Musk o Mark Zuckerberg. Una persona que se cree el rey del mundo y por eso puede hacer lo que quiera y cuando quiera. Tatum va pasando de monstruo guay y soportable a monstruo desagradable e insoportable, y todo ellos sin caer en tics o tópicos, algo verdaderamente plausible. Ackie es el otro arma secreta de la Parpadea dos veces. La actriz inglesa sabe aprovechar cada primer plano para transmitir su incertidumbre, su sorpresa, o su descontrol. La transformación a la que lleva su personajes desde su timidez en el arranque hasta su contraste final es digno de premio. Otro de los grandes aciertos de esta opera prima.

En resumen, Parpadea dos veces es una de las sorpresas de este año. Son 102 minutos muy disfrutables, que nos dejan muy buen sabor de boca gracias a que todo funciona estupendamente, desde los actores y la dirección, hasta el montaje y el sonido, imprescindibles para mantener el suspense y ganarse la atención del espectador.

Lo mejor: Como se desarrolla todo y como explota en el tercer acto.

Lo peor: Que quede relegada a un segundo plano entre tanto blockbuster.

Puntuación: 8/10

 

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