Bong Joon-ho es un genio. Es de esos cineastas que, aunque sus películas no convenzan a todo el mundo, tiene un algo especial y cada película que lanza sabes que tiene ese toque que solo el surcoreano sabe imprimir a sus cintas. Memories of murder, The Host, Okja o Snowpierce son algunas de las cintas que han hecho que el director esté hoy donde está. Siempre con el tema de las desigualdades que se viven en la sociedad entre ricos y pobres, Bong Joon-ho ha ido desarrollando esta idea en diferentes ámbitos. En The Host a través del ataque de un monstruo, en Okja por el mensaje animalista que tenía al denunciar el abuso de las clases altas de querer lo más exótico a pesar del coste y, en Snowpierce, consiguió convertir un tren en una pirámide horizontal para hablar sobre las desigualdades de las clases más bajas. En Parásitos da un vuelco más a esa idea para presentarnos como se las tienen que ingeniar algunas personas para tener algo que llevar a la boca en una sociedad que hace que los ricos vivan en una burbuja donde lo que ocurre fuera de sus cuatro paredes les da igual. Y Bong Joon-ho lo explica de la mejor manera posible.
Tampoco hay que decir mucho sobre Parásitos si no se quiere estropear la experiencia al espectador, pues la cinta ganadora de la Palma de Oro en el pasado festival de Cannes está llena de sorpresas en sus algo más de dos horas. Quizás lo único que se deba saber es que es una historia sobre como los ricos ven a los pobres y como los pobres se buscan las artimañas para intentar tener un estatus similar y salir de un mundo que los ha llevado a una situación límite. Pero Bong Joon-ho no se limita solo a eso, hace una radiografía exhaustiva de la sociedad coreana y deja entrever lo mal que andan las cosas, no solo allí, sino que se puede extrapolar a todas las partes del mundo, pues las desigualdades y la búsqueda de esa salida están a la orden del día. Pero todo esto que parece que pinta a la típica película reivindicativa y crítica de la sociedad tiene un plus de más de la mano del coreano, pues poca gente tiene el pulso, el nervio y la forma tan directa de rodar que Joon-ho. Parásitos va en aumento a medida que la cinta va recorriendo los minutos hasta llegar a un punto en donde nuestra cabeza explota por completo y nos quedamos mirando la pantalla queriendo saber más de lo que nos quiere contar.
Parásitos no pierde fuelle en ningún momento, y el ritmo al que somete Bong Joo-ho es tan directo que no podemos quitar los ojos de la pantalla en ningún momento, pues aquí si pestañeas te pierdes algo realmente importante. El guion funciona como una pieza de orfebrería y no hay ningún cabo del que se pueda tirar para sacarle algún, pero. Quizás hay cosas previsibles, pero está tan bien medido que incluso al predecir lo que va a acontecer, Joon-ho le da una vuelta más y termina sorprendiéndonos. Posiblemente sea su mejor guion, el que mejor está hilado y el que más nos va a remover de la butaca buscando respuestas. También hay que valorar a Bong Joon-ho como un fantástico director de actores y lo que es capaz de sacar de cada uno. En Parásitos vuelve a contar con Song Kang-ho, habitual de su cine y uno de los grandes reclamos de sus obras. Verle a él es saber que casi estás viendo una película de Joon-ho. Pero en esta ocasión se rodea de gente a la que ya hemos visto en su cine, en especial en Okja, pero que aquí demuestran un pulso realmente poderoso. Yeo-Jeong Jo, Park So-dam, Choi Woo-sik, Lee Sun-kyun o Lee Jeong-eun están pletóricos, en especial la primera, que da una masterclass de interpretación y de saber mutar en cada uno de los planos.
Parásitos es una obra maestra. Es la consagración definitiva de Bong Joon-ho, aunque para el que escribe estás líneas ya estaba consagrado. Es la prueba de que hay mucho cine fuera y muy bueno. El estado del cine asiático, en especial el coreano, asusta. Parásitos no hace más que demostrar que una historia, por muchas veces contadas, si le das una vuelta y consigues contar algo de la manera más directa y con un toque canalla conseguir algo realmente memorable. Bong Joon-ho hace tiempo que se convirtió en un director para tener en cuenta y ahora ya lo ha reafirmado. Ojalá pronto su próxima película.
Lo mejor: Todo.
Lo peor: Nada.
Puntuación: 10/10