Noche de bodas: Hasta que la muerte nos separe

Que bien sienta que de vez en cuando tengamos películas que quieran ser una gamberrada. Y qué bien sienta cuando esa película no se toma tan en serio así misma que hace disfrutar al público. Noche de bodas es una de esas películas. Con la premisa de que, en una noche de bodas, la novia, tenga que jugar a un juego para poder seguir una tradición familiar se convierta en una cacería la vuelven automáticamente en una gamberrada. Pero… lo malo es que, en algunos puntos, Noche de bodas contradice lo primero que he dicho de tomarse a sí mismo algo más en serio de lo que debería. Con esto no quiero decir que no se disfrute realmente bien, pero si que deja la sensación de que podría haber sido muchísimo más salvaje, más gore y macabra. Pero oye, las cartas que juega en estos apartados están realmente bien y hacen que el viaje sea mucho más disfrutable de lo que parecía. Además, tiene a Samara Weaving (Tres anuncios en las afueras) en modo novia “fuck ass” y con eso ya debería ser de visionado obligatorio.

Samara Weaving en Noche de Bodas

Samara Weaving en Noche de Bodas

Noche de bodas juega en la liga de las películas de terror de Blumhouse, pero sin estar producida por Jason Blum, que mezcla el cine de terror con el humor, el gore y ninguna pretensión más allá de divertir. Éxitos como Feliz día de tu muerte, Verdad o reto o la saga de La purga han hecho que el consumo de este tipo de cine crezca. Y si además te hace pasar un rato más divertido que terrorífico, mejor. Noche de bodas quiere jugar todas esas cartas, pero al final le cuesta un poco decidirse con cual quedarse, no termina siendo ni una cinta de terror, ni una cinta gore ni una comedia. Pero la mezcla tan distinta que hace de todas la convierten en un entretenimiento de primer orden en donde todo momento estamos esperando que pase algo realmente macabro, y no tarda mucho en aparecer, pues en sus primeros minutos ya nos dicen con todas las letras lo que vamos a ver. Pero es cuando el verdadero juego comienza, cuando la película lanza todo lo que tiene y están viendo un asesinato a la vez que en tu boca se empieza a dibujar una sonrisa que termina en carcajada.

Y la verdad que uno de los grandes aciertos de Noche de bodas es su protagonista: Samara Weaving. La actriz, a a la que ya pudimos aplaudir en The babysitter, vuelve a demostrar que en esto de las películas de terror con personajes de armas tomar ella tiene algo que decir. Pensaba que después de Leticia Dolera en [REC] 3 no iba a volver a ver a una novia tan demoledora, estaba equivocado. Samara Weaving no se enfrenta a zombis, sino a su familia política. Y lo hace con todas las de la ley. Con pistolas, a puñetazos, con jarrones… da igual, todo eso lo usa a las mil maravillas para intentar sobrevivir. La acompañan clásicos como Henry Czerny (Misión Imposible) o Andie MacDowell (Cuatro bodas y un funeral) que están realmente en su salsa. Pero siempre eclipsados por Samara Weaving, que lo que hace en la película es de otro nivel.

Andie MacDowell en Noche de Bodas

Andie MacDowell en Noche de Bodas

Noche de bodas no busca otra cosa que entretener al espectador en sus poco más que noventa minutos, algo de agradecer en unos tiempos donde no hacer una película superior a las dos horas parece un sacrilegio. Pero Noche de bodas quiere ir directa al grano desde el minuto uno. Preparaos para una noche que posiblemente cueste que la olvidéis ya que es una de las cintas más divertidas del año, pero que podría haber sido mucho más si llega a ser un divertimento más salvaje. Aún así es muy entretenida.

Lo mejor: Samara Weaving.

Lo peor: Que no sea mucho más salvaje.

Puntuación: 6/10

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