No somos nada: La herencia del punk

Mediante este título No somos nada, que es el tercer álbum de la banda La polla Récords (1987), y también así se titula el primer tema de este, el gran director de documentales de autor Javier Corcuera da vida a este proyecto redondo, entretenido e interesante sobre el recorrido de la figura de Evaristo Páramos. Es difícil, por no decir imposible, sustraerse de la impronta que ha dejado el “alma mater” de La Polla Records, Evaristo Paramos en la memoria de los que vivimos nuestros mejores años de adolescencia con su música como banda sonora de nuestras juventud en Euskadi y que trascendieron a todo el mundo y que después de 40 años sigan siendo vigentes.

Ellos fueron los ídolos de una generación, todavía hoy en día sus canciones retumban como himnos de juventud, cantos de libertad, lucha antisistema, pero sobre todo una realidad que se podía cambiar y que la palabra solidaridad, amistad, compromiso eran la moneda de cambio del día a día. Evaristo es un artista de quien conocíamos bien poco, pero este documental nos adentra no solamente en su carrera, sino también en su vida personal. En medio de este caldo de cultivo, llama poderosamente la atención en el documental como es un recorrido por la vida de Evaristo y lo que supusieron las letras de inteligentes, vivas, lúcidas y que sigan trascendiendo generación tras generación.

Evaristo en No somos nada

Evaristo en No somos nada

Con letras como “Ellos dicen mierda y nosotros Amén”, “Políticos estafadores juegan a vivir de ti”, “Vosotros hacéis la ley…”, se acabaron convirtiendo en himnos de una sociedad que vivía la represión policial, la reconversión industrial y las bandas de rock radical Vasco que surgieron criticando una realidad sin futuro, que vislumbraban miles de familias que veían sus vidas truncadas por la pérdida laboral, la heroína que se introdujo para controlar una juventud que no se dejaba coartar por un estado policial o el sida, el ángel del apocalíptico, que no paró hasta terminar con toda una generación descontenta, apaleada y viendo como sus sueños no tenían futuro.

El documental se rueda gran parte de el en Oñati en un paseo donde Evaristo en primera persona y dando un paseo rural por el campo, nos va mostrando la historia de su vida, de su infancia, adolescencia, y toda la complicidad que tiene y evolución del grupo y sus historias que evolucionan con la historia de sus letras que van unidas a lo que entra en su corazón como la relación con la memoria histórica, fascismos, capitalismos, machismos o religión. También a través del personaje de Abel, bajista de la banda persona que desborda honestidad y a un ritmo mucho más taimado nos va poco retratando la evolución de la banda, pero sobre todo las diferentes relaciones que existían dentro de los miembros de esta.

Todo esto en apenas cien minutos en los que el ritmo narrativo y rockero no decae en ningún momento. Siempre es un buen momento de aceptar la invitación de este documental para recuperarlos y no dejar pasar la oportunidad de cómo en una máquina del tiempo se tratase, volver a sentir esas canciones que marcaron una época y que nunca han dejado de sonar en nuestros corazones. La mejor canción esta por escribir… Y que nosotros la escuchemos.

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