Napoleón: Una llanura sin emoción

La verdad que con Ridley Scott nunca sabes muy bien que es lo que te vas a encontrar ante el estreno de una nueva película. Puede darte las grandes obras de la ciencia ficción como Alien o Blade Runner, como grandes películas históricas como Gladiator o El último duelo, pero en los últimos años Ridley Scott va dando vueltas sin saber muy bien que hacer con su larga trayectoria. Así, en los últimos años nos dio La casa Gucci, un guilty pleassure de manual, pero que no aportaba nada a su dilatada carrera. Ahora, después de aquello, regresa al cine histórico para contar la vida de Napoleón. Bueno, quien dice vida, dice su vida amorosa y sus grandes batallas, porque la película se salta todo lo que se puede saltar para abarcar todo lo que pueda. Así, con todo esto, se nota muchísimo que la cinta está recortada a más no poder, que ojalá veamos pronto un montaje del director y poder admirar Napoleón como se merece. Pero la copia que llega a cines es plana, sin emoción y una cinta que me ha dado igual después de sus diez primeros minutos.

Joaquin Phoenix en Napoleon

Joaquin Phoenix en Napoleon

Napoleón arranca contándote la revolución francesa que acabó con María Antonietta siendo decapitada en la guillotina. Ya desde este momento te das cuenta de que la cinta va a ser violenta, sangrienta y que, seguramente, la velocidad a que se desarrollen los acontecimientos vaya a ser muy rápido. Es, después del momento de María Antonietta, cuando la película comienza su camino hacía la nada, hacía no importarme menos lo que me quieran contar y convertirse en un folletín, en una novela donde importa más los escarceos de Napoleón que la historia así. Es por esto por lo que la cinta va dando saltos temporales a lo loco y dejando entrever que había mucho más que contar en ciertos momentos, pero parece que los productores querían otro tipo de película más basada en el interés romántico de Napoleón que en otra cosa. Y así es como avanzan sus 158 minutos de metraje. Un metraje que ha sido claramente recortado, pues se conoce que existe una versión de Napoleón de cuatro horas, es decir, de noventa minutos más que seguramente sea la versión que ver para descubrir toda la grandeza que tiene Napoleón.

Y es que la cinta se nota que quiere aspirar a ser importante, a ser una cinta épica y grande. Pero ver el montaje y darte cuenta de que las escenas se acortan a una velocidad de escándalo, no ayuda demasiado. Cuando estamos en una escena de combate, muchas veces esta se ve cortada y pasamos a otra cosa, sin tener nada que ver con lo que estábamos viendo. O pasamos de una secuencia intima a otra sin ton ni son y donde desubica por completo al espectador. Todo esto hace que la cinta pase sin pena ni gloria por los ojos del espectador, que no sabe muy bien que pensar. Si, las escenas de acción y las grandes batallas son impresionante no esperando menos de Ridley Scott, pero es que pasa muchas veces tan por encima de algunas importantes que pone nervioso. Y es que el problema principal de la cinta es lo frio con lo que se cuenta todo. No hay emoción. Tiene momentos en los que podríamos pensar que la relación entre Josephine y Napoleón debería generarnos algún tipo de emoción interna, pero nada de nada.

Vanessa Kirby en Napoleon

Vanessa Kirby en Napoleon

Y eso que no será porque Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby no lo intenten. El primero porque se le ve cómodo con el personaje, pero lo malo es que ya le va a perseguir su interpretación del Joker y muchas veces parece que estamos viendo una serie histórica del Joker haciendo cosas en diferentes momentos. Aun así, Phoenix sigue demostrando que no hay muchos papeles que se le resistan. Vanessa Kirby ahora mismo está en la cresta de la ola de su carrera apareciendo en las grandes producciones del año como esta Napoleón y Misión Imposible: Sentencia mortal parte I, pero es que en muchos momentos es la que se come por completo a Joaquin Phoenix en pantalla, algo complicado, pero es que lo consigue con su simple mirada y su saber estar.

En definitiva, Napoleón es una cinta que se siente a medias, que se siente que le falta mucho por contar en muchos momentos y que carece de toda emoción, dándote igual lo que te estén contando pasados los primeros diez minutos. Las batallas son violentas y sangrientas, pero pasan muy por encima de todo lo que se debería contar. Una pena porque tiene pinta que, al igual que El reino de los cielos, cuando tengamos la versión completa de la cinta podremos disfrutar de lo que Napoleón tenía que contarnos.

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